Trataba de que mi visión se aclarara, parpadeaba varias veces pero nada, seguía inundada en este abismo, del que nadie me podrá sacar, solamente él. Pero murió por mi culpa, seré tonta.
- Debí... - mi voz salió como un murmullo- Debí asegurarme de que no me siguiera, es mi culpa
- Ciertamente debiste asegurarte que no te siguiera, te dije lo que acontecería – su melodiosa voz retumbo por todo el lugar, sea donde sea que nos encontrábamos
Lentamente iba iluminándose a mí alrededor, dándome cuenta que estaba sentada estilo japonés con mis manos en mis piernas, apuntando las palmas hacia el cielo. Me encontraba en el asombroso Olimpo. ¿Por qué esta Ceres aquí?
- No eres fuerte – una gruesa e imponente voz se escucho, alcé mi nublada vista hacia Zeus; el Rey de los dioses, Dios del cielo y el trueno
- No lo soy – susurre, pero más para mí que para alguien más
- Fue grandioso como murió tu hermoso mate – soltó una carcajada Ares; el Dios de la violencia, la guerra y el derramiento de sangre. Más gotas saladas se infiltraban en mis labios con leves sollozos
- ¡Te puedes callar de una vez! Perdió a su querido esposo, y está esperando cachorros – me miro con compasión la esposa de Zeus; Hera. Reina de los dioses, Diosa del matrimonio y la familia
- ¿Cachorros? – la mire incrédula, callaron todos.
Como dicen, el que calla otorga. Nuevamente empecé a llorar pero desconsoladamente. Unos brazos celestiales cubrieron mi espalda y parte del pecho. Ceres. Me abalance hacia ella y la abrace, llorando en su hombro la pérdida del padre de mis hijos, y compañero de vida eterna.
- No te preocupes, querida. No te dolerá mucho el parto de tus cachorros – me susurro en el oído Artemisa, que venía con su arco y flechas. Diosa virgen de la caza, la virginidad, el parto (irónicamente), el tiro con arco, y todos los animales.
- Eres patética, cariño – paso por nuestro lado Ares, empujándonos a Ceres y a mí. Haciendo que le gruñera
- ¡Oye, perra pulgosa, tranquilízate. Si no quieres que te deje sin belleza! – maldita sea Afrodita; Diosa del amor, belleza y el deseo. Una adultera de primera. Por lo que veía, su marido Hefesto, no se encontraba.
Bajo de las gradas celestiales como toda mujer con "dignidad" para seguir a Ares. Tiempo después cada Dios del Olimpo se empezó a ir, menos Ceres que me acobijaba con sus dulces motivaciones, limpiando mis lágrimas.
- Pero mira a quien tenemos aquí. ¡Pero si es la hermosa de Agatha Evanson! – El increíble Dios del fuego, y la forja. Hefesto, se encontraba enfrente de mí, con lo que parecía una espada en su mano derecha.
La guardo en su vaina y colgaba de su correaje. Observo detrás de nosotras para luego suspirar
- Tienes que aprender a controlar el don que te otorgue. Aprender a no dejar que te dominen tus sentimientos. – se agacho a mi altura y puso su mano en mi hombro- Te están esperando
- ¿Quien? – susurre
- Hora de despertar, cariño – me susurro Ceres en el oído
[...]
Me desperté sobresaltada. Me encontraba en mi cama, las frazadas se pegaban a mis muslos y brazos descubiertos del pijama, parecía que tenia doble piel. Estaba asquerosamente sudada. Un movimiento al costado mío hizo que me sobresaltara y observara la razón de aquello.
- ¿Una pesadilla, amor? – me susurro con su voz gruesa
No podía estar pasando esto.
- No eres real – me aleje de él antes de que me tocara, me tape la boca con mi mano, mas lagrimas bajaban mis mejillas
- ¿Qué tienes, luciérnaga? – se levanto inmediatamente de nuestra cama para tomar mis mejillas entre sus grandes y masculinas manos
- Estas muerto... - sisé espantada, queriendo alejarme de esa alucinación a la que mi mente jugaba
- ¿Ahora me matas en tus sueños? Que tierna, mi corazón – me beso la frente con su ligero sarcasmo – Volvamos a la cama, le hará mal a los cachorros
Deje que me guiara a la cama nuevamente, si era un sueño, al volver a inducirme en él, podría escapar de esta ilusión. Me acostó, para luego acostarse él, me tapo nuevamente con las frazadas, y se acerco totalmente hacia mí, ninguna ráfaga más pequeña podría pasar por entre nuestros cuerpos. Sus canicas negras vagaban por todo mi rostro, esta ilusión era tan perfecta. Paso uno de sus brazos por mi cintura, me levanto la cabeza para pasar su brazo por debajo de ella y que lo usara de almohada, pego su frente a la mía.
- Duerme, amor. Mañana tenemos que ir casa por casa a checar que no falte nada – me beso la frente, mis labios para apoyar su barbilla en mi cabeza
Veía como subía y bajaba su pecho, tranquilo. ¿Habrá sido solamente una pesadilla?, deje de darle vuelta al asunto y decidí quedarme dormida entre mi refugio, su cuerpo.
(...)
- Se que soy hermoso, pero ¿Te sientes bien? – Me miro preocupado a lo que asentí con la cabeza – Estas más rara de lo normal
Deje salir un suspiro y le sonreí cálidamente, me alegraba que estuviera conmigo.
- Iré a ver a Dean y Arnie, me prometieron jugar con ellos a la consola, luego vuelvo – se soltó de mi y salió en dirección de los chicos
<< ¿Cuándo despertara? >> Una voz masculina resonó en mi cabeza. Qué extraño
Mire a mi alrededor pero todo estaba normal, nadie estaba conmigo en la sala. Me dirigí hacia mi despacho para terminar los pendientes que tenia con las manadas vecinas. Cheque mis brazos y solamente una manada había perecido. No había sabido la razón o donde se encontraba.
- Tenemos que mandar a los cachorros a la institución Believe, tienen que aprender más de lo que se les enseña de los ancianos – entro en la habitación Liam, con un block de notas en su mano derecha
- De acuerdo, pasado mañana iré a hablar con el director para que pueda darles también alojamiento y conocimiento a los cazadores, si me lo niega tendré que hacerlo por mi misma – deje de firmar los contratos con las nuevas empresas y volví mi vista a Liam, pero no se encontraba
<< ¿Segura que esto es real? >>
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Lo siento lo se es muy pero muuuy corto, les prometo que el proximo sera mas largo, estoy investigando nuevas criaturas para darselas a conocer.
¡Alcanzamos las 3k lecturas! ¡Los amo, enserio! Les prometo que cuando les traiga el proximo capitulo, sera muy largo y con muchas criaturas nuevas
¿En realidad es una ilusión o era una pesadilla? ¿Ustedes que dicen?
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Agatha. La Alpha Suprema
WerewolfMi vista se encontraba nublada. Cataratas corrían de mis ojos hacia mis mejillas, bajando un poco más, algunas deteniéndose en mi boca y dándome un sabor salado, algunas pasaban de largo y caían sobre mi diminuto regazo. Mi pecho subía y bajaba rápi...