Capitulo 23 (PARTE 2)

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- ¡Mis ojos están más arriba eh! Si está bien que seas mi mate –cruce mis brazos por mi pecho obteniendo su atención- pero no tienes derecho a verme todavía medio desnuda... - sus ojos estaban situados en mi mano, así que voltee a verla y no tenia su marca- ¿Pero qué...?

Voltee a verlo nuevamente pero ya no se encontraba, genial. Me di una ducha rápidamente y camine hacia la habitación de mis niños, antes de llegar a ella se escuchaban las carcajadas de mi padre haciendo que se alzaran las comisuras de mis labios.

Me recosté en el umbral de la puerta admirando la hermosa escena que se alzaba ante mi vista. Mi padre recostado sobre la alfombra de felpa y mis niños gateando alrededor de él pegándole o cayendo sobre su cuerpo

- Se van a lastimar, niños, padre - susurre con una sonrisa viendo como mi padre se estremeció al principio por supongo una voz desconocida

- Eres tú mi niña. ¿Ya como nueva? - se enderezo tomando a mis niños entre sus brazos y caminando hacia mi- Estos pillos nunca descansan

Soltamos a su vez una carcajada, mientras me extendía a Elián, lo tome en brazos e inmediatamente se me apego al pecho, y balbuceando cosas que solamente él entendía

Caminamos hacia donde se extendía un delicioso olor. Olía como a un pastel de vainilla. Ambos nos dirigimos hacia la cocina con los niños aun en nuestros brazos, viendo que mi madre estaba cocinando varias reposterías bailando la macarena con Liam. Eli estaba sentada en los bancos de la isla evitando soltar una carcajada al ver a su mate siendo obligado por mi madre a bailar

- Madre, harás que le sangren los pies de tanto bailar - comente burlesca y saludando de beso a Eli que inmediatamente me quito a mi bebe

- Este chiquillo no sabe mover esto - le pego con la cuchara con la que revolvía la mezcla en la cadera a Liam llenando de una viscosa sustancia

A lo que mi beta me suplico con la mirada que le quitara de encima a mi madre.

- ¿Qué cocinas, madre? -me acerque a ella, pero me tomo de la cadera y de la mano para bailar con ella bachata

No diré que se me da mal la danza, porque nunca se me ha dado mal pero nunca imagine estar bailando con mi madre, mientras cada cierto tiempo cambiaba de género la danza. Solo faltaba que saliera rock.

- ¿Lo que se escucha es Nine Lashes? - la voz de Damon resonó en la cocina, a lo que mi madre inmediatamente salto sobre el tomándole de los cachetes y apresándoselos.

- Alguien tiene buen gusto musical - soltó una carcajada, vertió la mezcla en unos pequeños empaques para cup cakes y los poso en la bandeja- Solo falta que el pastel frio esté listo

- ¿Qué no se supone que los pasteles son fríos? Si no se derriten - me susurro Damon al oído, a lo que la cuchara voladora de Agnés se poso en su cabello

- ¡Los que se aconsejan comen pedo de vieja! Y no son los míos, son los de Adam

Mi padre dejo de jugar con Alec y la miro indignado a lo que mi madre solamente se encogió de hombros y siguió meneando la cadera

- ¡Agnés, yo soy varón y no estoy viejo! - se quejo mi padre

- Eso no te impide ser igual de quejumbroso que una vieja, y chismoso - rodo los ojos y soltamos una carcajada todos los presentes

Nuestra felicidad fue interrumpida por un, muy, y cuando digo muy, es muy enojado John salvaje entrando en la cocina. Yo simplemente pude encogerme en mi lugar. Mi madre intento con el bailar, pero al ver la situación le dejo en paz. El rubio teñido solamente tomo una botella de agua del refrigerador, y paso por mi lado viéndome de reojo

- ¿No le diste? Ese chico tiene mucho enojo guardado en sí, deberías de aprovechar, eso hará que te de...

- ¡Agnés! - la callo Damon, a lo que solo se encogió de hombros la sermoneada y sonrió provocadora

- Si no me crees, pregúntale a tu padre. A él le daba un globo de harina para que lo aplastara muchas veces hasta que se le quitara el enojo. - se giro para sacar el pastel y nos vio indignada- Esta mente sucia de los jóvenes sabios

Todos nuevamente se rieron de las ocurrencias de Agnés, hasta mis cachorros pero ellos al ver que todos reían. Solo pude hacer una sonrisa forzada. Observe disimuladamente mi muñeca buscando la inexistente marca de mi mate, pero no se encontraba. ¿Qué estaba pasando? Poco a poco fui alejándome de ellos, hasta quedar al lado del microondas donde podía ver perfectamente mi reflejo.

La marca de Simba, seguía presente.

- ¿Qué está pasando Eider? - le cuestione a la que podría darme algunas respuestas a lo que pasaba

- Por favor de dejar su mensaje, ahorita no se le puede responder porque no se tiene idea de lo que pregunta, después de los tonos... Pi. Pi. Pi - puse mis ojos en blanco

- ¿En verdad no tienes alguna idea sobre lo que puede estar sucediendo?

- Al menos que Simba siga vivo puede ser la única respuesta, pero lo veo ilógico siendo que murió en nuestras manos - susurro su respuesta

- ¿Y no podría...?

- ¿Alguien me extraño? - todo mi cuerpo se estremeció al escuchar aquella voz, haciendo que me girara lentamente

Observe a todos los presentes que se encontraban a mi lado, todos con la misma cara que yo, Damon inmediatamente se poso a mi lado un poco enfrente de mí, tapando mi visión

Los únicos que no comprendían la situación eran mis pequeños niños y mis padres. Los menores seguían buscando atención, y mis padres observando la cara de cada uno de nosotros.

- No deberías de estar aquí - hablo firmemente John que había aparecido detrás de él

- Vaya, parece que no es una sorpresa ni mucho menos un milagro - susurro para agachar la mirada

En su voz se notaba la tristeza que debía estarle carcomiendo el alma. Pero ¿Y mi alma? Esto no debía de estar pasando. Él está muerto, murió en mis manos, yo le mate.

Agatha. La Alpha SupremaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora