(Narrado en tercera persona)
Nuevamente estaba conectada a las maquinas, todos sus seres queridos estaban en la habitación. La casa que anteriormente seria la casa de los recién casados se convirtió en un hospital privado para ella. Una mascara le ayudaba a respirar, intravenosas conectadas a sus venas, y cada vez mas palida.
Sus padres lloraban a su lado, tomados de la mano. Sus amistades, bueno, cada quien era un caso diferente. Unos lloraban, otros le agarraban la mano y le hablaban para ver si reaccionaba. Otros simplemente la observaban desde un rincón intentando no destruirse por dentro. Como lo hacían aquellos que nunca le confesar su amor a la chica que posiblemente moriría en cuestión de días.
Pero un chico estaba fuera de la casa, apoyado en el automóvil, fumandose un cigarrillo mientras veía como sus padres se morían de la tristeza por su hija. Unos pasos acercándose a él resonaron lentamente, moribundos, arrastrándose. Muertos. Él cuerpo de aquella persona se recostó de igual manera en el carro y observo la misma ventana que el chico. Jadeo levemente para luego toser y mirar a los ojos al chico.
- Moriremos por tu negligencia - dijo en un hilo de voz apenas audible
Él chico la observo, era su hermana, pero albina. Su tez blanca, ojos blancos, hasta ropa blanca. Una silenciosa lagrima rodo por el ojo derecho del chico.
- Lo se
Simplemente contesto, mordiendo su labio inferior tan fuerte como pudiera. Como si con ese acto pudiera salvar a su hermana. No había durado más de tres meses en la nueva dimensión, ya que ella misma la estaba matando por ser tan poderosa.
- No completamos nuestra misión en la vida - soltó una ligera risa irónica para luego reemplazarla con una toz seca que alerto a las personas que estaban dentro de la habitación
Inmediatamente todos los jóvenes salieron a observar a la albina que era idéntica a la chica que estaba en aquella habitación en reposo. Luchando por pertenecer en ese mundo.
- Ella puede pertenecer aquí, si tú mueres - susurro Mike. Dejando atónitos a todos.
Desde que su gemela había enfermado se había vuelto paranoico, diciendo que era su culpa, que tenía que obtener poderes de una planta un tanto extraña para poder devolverla, pero ese preciso día. Estaba tranquilo, como si ella ya no le importara. Como si fuera a pasar algo que le dejaba tranquilo.
- ¿Y porque no simplemente te mato a ti? - susurro ella, dando unos pasos enfrente hacia sus padres, inclino levemente la cabeza y giro levemente la cabeza hacia el muchacho que amenazaba su vida
- No estás en posición de decidir nada, sabía que vendrías por tu cuerpo, por tu alma, por tu corazón, por ella. - Saco una navaja del interior de la campera café que llevaba y la alisto para atacar
Lagrimas corrían por sus mejillas y en un rápido acto se acerco a ella y le clavo su arma blanca en el abdomen, enfrente de la gente que supuestamente le conocía. Todo le tenía preparado. Ella iría por Agatha, y le acabaría para que su hermana humana pudiera proseguir normal sin Kai. Le borraría la mente a la gente que le viera y finalizaría todo. Pero no tenía en cuenta aquello. Sus manos se tiñeron de un rojo carmesí, los ojos grisáceos de su hermana perdieron el brillo que siempre tenían.
- No, no, no. Esto no era lo que yo quería - pronunciaba rápidamente
Agatha observo a su costado, donde poco a poco también caía Eider a su costado para estar juntas, la tomo de la mano y le beso el torso de la mano. Ambas con lágrimas en sus ojos cayendo por sus ojos, Agatha lentamente se retiro la navaja de su abdomen y abrazo a su loba, a su otra mitad
- Nunca una, sin la otra - se susurraron en el oído al mismo tiempo, antes de desplomarse en el suelo.
Sin vida
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Agatha. La Alpha Suprema
Hombres LoboMi vista se encontraba nublada. Cataratas corrían de mis ojos hacia mis mejillas, bajando un poco más, algunas deteniéndose en mi boca y dándome un sabor salado, algunas pasaban de largo y caían sobre mi diminuto regazo. Mi pecho subía y bajaba rápi...