Capítulo 16. La fiesta

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AUDREY

Un auto pasó por mi y por mis dos amigas.

Llegamos a un salón realmente hermoso. El lugar tenía un jardín muy bello con una gran fuente en el centro, y por dentro el salón estaba iluminado con un candelabro pequeño (claro, éste no tendría que caer como el de la Ópera en el musical), habían algunas mesas, y una banda en vivo.

Muchos de los músicos se acercaron a felicitarme, y de igual manera yo también los felicité. Entre las personas que platicaron conmigo estaban los padres de Roxanne.

Recordaba lo agradables y lindos que eran. Me felicitaron, me comentaron que nuevamente vivirían los tres en Londres, y me preguntaron por mis abuelos, mi padre y Cecile.

Frank se acercó también a platicar conmigo. Me había comentado que había hecho un excelente trabajo, y que no hubiera podido haber escogido a una mejor persona para interpretar el papel de Christine.
También me dijo que mi carrera apenas comenzaba. Que él estaba seguro de que vendrían a mi innumerables oportunidades dentro del teatro musical. Y que si no venían, él las buscaría para mí porque no dejaría que mi voz se quedara sin ser escuchada.

Hubo una gran sorpresa durante la fiesta.
Todos sabíamos que Diana y Hugo ya se conocían. De hecho, se conocían tan bien que, ¡llevaban saliendo durante cinco años!

En una ocasión, Diana me había contado que Hugo y ella se habían conocido durante la audición para una ópera en Australia. Se habían vuelto grandes amigos, que comenzaron a salir seguido. La amistad se convirtió en atracción, y esa atracción se convirtió en amor.

'El Fantasma de la ópera' había sido el tercer show en el que habían actuado juntos como pareja. Me parecía algo tan hermoso, que deseaba una relación parecida a la de ellos.

Imagínense: compartir el escenario con una persona talentosa, y que esa persona además de ser tu mejor amigo, sea tu pareja.

La cuestión fue que después de la cena que nos sirvieron en el salón, Hugo tocó su copa con un cuchillo para conseguir la atención de todos.
Agradeció todo el apoyo de la producción, de los músicos y de los actores. Y después, se propuso a pedirle matrimonio a Diana.

Fue algo tan hermoso el hecho de pedirle que se casara con él en la ciudad del amor, y fue un honor haber estado allí presente cuando Diana le dijo que aceptaba casarse con él.

A la hora de la cena, me tocó sentarme junto a Roxanne y Charlotte. Y si, nos pusimos a comentar sobre lo bello que había sido el hecho de que Hugo y Diana se hubieran comprometido.

En otra de las mesas se encontraba Steve. Me veía a lo lejos con esa mirada fuerte y pícara. ¿Acaso no recordaba que unas noches atrás lo había rechazado de una vez por todas? ¿O es que estaba muy ebrio para no recordar lo que había pasado?

Y en otra de las mesas, se encontraba Damien. Él me veía con una mirada dulce. ¿Por qué con una sola mirada tenía el poder de hacer que me derritiera y sintiera miles de mariposas revoloteando en mi estómago?

Cuando terminó la cena, las personas comenzaron a levantarse y bailar.
Diana y Hugo bailaron juntos; Dan invitó a bailar a Gina; George invitó a bailar a la mujer que tocaba el arpa en la orquesta; Roxanne invitó a bailar al joven flautista, y le propuso al chico que tocaba la trompeta a que invitara a Charlotte, y éste aceptó.

De pronto, Damien, mi ángel música, mi Erik, mi Fantasma de la ópera, me sorprendió cuando tocó suavemente mi hombro.

Tomó mi mano derecha y la besó.

—Al fin pude acercarme a ti, mi ángel de música —dijo mientras me miraba a los ojos.

—Me alegra que lo hayas hecho—contesté mientras le dedicaba una sonrisa coqueta.

Angel | The Phantom Of The Opera Donde viven las historias. Descúbrelo ahora