Los Gemelos | Kendall Schmidt. [Editando]

Capítulo 45

—La bala, por suerte, no perforó ningún órgano pero está muy débil pero estable.

—¿Podemos pasar a verlo? —preguntó Jane.

—Solo una persona puede pasar —dijo y se fue.

—¿Por qué tanta pregunta para ver a Zayn, Jane? —preguntó el rubio obviamente molesto.

—Kendall no te pongas así, Zayn es solo mi amigo y me preocupo por él —Jane lo miró

—Cuidado y te mueres de tanta preocupación —se alejó de ella y se fue a la salida.

—¿Adonde vas? —preguntó Jane.

—Me voy a casa —dijo firme y salió por la puerta mientras Jane quedaba con la boca abierta y las lágrimas amenazaban con salir.

[...]

Alonso estaba decidido a salir del apartamento pero llamó a Esteban quien estaba en su oficina.

—¿Esteban? 

—Si, ¿que pasa Alonso?

—¿Quieres ir.. no se.. a un bar por allí? —preguntó el pelinegro.

—No quisiera ir, quiero mantenerme sobrio para estos casos que tengo aquí y después de hacer esto estaba pensando en ir con Bridgit —dejo los papeles sobre el escritorio.

—Esta bien, le hablaré a Kendall a ver si el quiere —colgó la llamada y llamó a Kendall, quien contestó de mala manera.

—¿Qué? —preguntó más que molesto, estaba que se lo llevaba el diablo.

—Wow, ¿Que te pasa? —preguntó el pelinegro.

—Un problema entre ___________ y yo.. ¿Que sucede? —dijo en un tono más suave

—¿Quieres salir por allí?

—No puedo.. Hoy es el cumpleaños de los gemelos y voy en camino a mi casa, allá está la señora Pamela con Peter y mi tía Irene también está allá —dijo mientras se colocaba el auricular en el oido para que no le pusieran una multa.

—¿Irene estará allá? ¿Puedo ir? —preguntó rápidamente el pelinegro.

—¿Todavía tienes sentimientos hacia mi tía Alonso? —frunció las cejas el rubio.

—No lo puedo negar.. LA AMO como no tienes idea —se apoyó en el mesón de su casa.

—No puedo creerlo..

—Créelo —sonrió.

Kendall rió.

[...]

—Pequeños ¿por que no se van a jugar con su tía Ariana? —preguntó Pamela con un poco de enfado.

—No queremos, tía Ariana tiene 11 y nosotros 6 —Olivia se cruzó de brazos mientras Sebastián reía por su acción.

—Vamos pequeños —dijo Ariana—. Los ayudaré con sus tareas de la escuela —sonrió y los gemelos saltaron de la alegría y subieron rápidamente las escaleras.

—Creo que nosotros nos vamos.. —dijo Mario para llevarse a Paolo y a Peter lejos de la escena muy incomoda.

—Creo que siempre competirás, y no te detendrás ¿verdad? —Irene la miró.

—No me detendré porque tú me quieres robar a MI hija —gruñó Pamela.

—Yo no te quiero robar nada, yo trato a Jane como si fuera mi hija. «Si supieras que hay posibilidad de que ella sea mi hija» —pensó Irene.