Capítulo 55

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—No puedo creer que digas eso, ella te ama y lo sé,  puedo comprobarlo.

—¿Cómo? ¿Cómo vas a comprobar algo que no es verdad? —Kendall tenía los ojos ya hinchados de tanto llorar.

—¡TE LO ESTOY DICIENDO! ¡ESA DE ALLÁ NO ES JANE! —gritó Niall.

—¡Me vale verga si es o no! El punto es que ahora lo único que siento hacia esa... mujer es odio, íra y desprecio, lo que antes era amor ahora es odio y desprecio, pero sobre todo lo que más siento ahora después de ver eso... es decepción.

—Te escucho y no lo creo —musitó Niall negando con la cabeza.

—Allá tú si no me crees, pero es lo que ahora mismo siento hacia esa mujer.

—Esa mujer te dió hijos, que no se te olvide.

—Y no se me olvida... Pero ahora el único que tiene derecho a estar feliz con sus hijos soy yo, no ella ya que al parecer ella está de lo más contenta follando con Jesse.

Dicho esto Kendall salió de allí sin más que decir mientras Niall se quedaba suspirando y mirando por el telescopio para luego salir de allí y entrar en el otro hotel. Subio los pisos y pateó la puerta fuertemente para así sorprenderlos a ambos.

—Eres una perra, Bridgit.

—¿Niall, qué haces aquí? —preguntó mientras se tapaba con las sábanas.

—Mirando nada más en lo que te has convertido, en la amante del novio de tu hermana —la miró con desprecio, pero no podía revelar que sabía quien era con quien estaba Bridgit.

—Me vale verga Jane. Ella no ve a que hombre tiene a sus pies mientras que ella anda por allí saltando y jugueteando como la niña inmadura que es.

—No, aquí la inmadura eres tú que aún así teniendo un novio se viene a revolcar con el novio de su hermana —dijo entre dientes.

—Me vale verga lo que me dices, Niall. Ahora si me puedes hacer el favor, sales de aquí y cierras la puerta.

—Eres una descarada. Una hipócrita, una... perra.

—A mi no me vengas a insultar, maldito —se levantó de allí y fue a pegarle a Niall pero él la tomó del brazo dejándole su mano marcada en él.

—A mi nadie me ordena lo que debo o no debo de hacer —le soltó el brazo bruscamente y salió de la habitación azotando la puerta.

[...]

—¿Quién eres tú? —preguntó Jane ya que no había recordado a su amiga.

—Jane soy yo Sergimer, tu amiga.

Allí la recordó, a la castaña de puntas rojas que la había visto por primera vez cuando estaba en el hospital ya que un chico le habían disparado en el estómago y ella estaba allí para ayudarlo.

—Sí, me acuerdo de tí —sonrió y se abrazó a su amiga—. ¡Cómo me alegro de verte! Sergimer, tienes que sacarme de aquí.

—¿De aquí? ¿De qué hablas? —Sergimer la miró confundida

—He estado en este hospital psiquiatrico por más de una semana.

—No puede ser. ¿Te tenían en este hospital en contra de tu voluntad?

—Sí, hasta ahora me pude comunicar con Erin pero casi me descubren.

—¿Erin? La novia de tu hermano ¿no?

—Sí, me comuniqué con ella pero cuando le iba a decir donde estaba la dueña del teléfono comenzó a gritar como loca y tuve que aventar el teléfono en un arbusto para que no me atraparan.

Los Gemelos | Kendall Schmidt. [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora