—¿Qué, qué? ¿Embarazada de nuevo? ¿Por qué no quiere que él se entere, Jane? Él tiene derecho de saber, es su hijo.
—No quiero, mamá, no quiero que él se entere.
—¿Por qué no quieres que yo me entere que estás embarazada de mi, Jane? —preguntó Kendall apareciendo por la puerta con notorio enojo. Ambas se volvieron hacia él con impresión y terror porque ahora él sabía que ella estaba esperando un hijo suyo—. A ver, Jane. ¿Cúal es tu excusa ahora?
—Kendall... déjame explicarte las cosas.
—No. No quiero que me expliques nada —dijo furioso—. Ibas a ocultarme que estabas esperando un hijo mío. ¿Qué pasaría cuando esa barriga empezara a crecer? ¿Qué pasaría si volviera a desconfiar de tí?
—Nunca te lo perdonaría —susurró Jane.
—Debiste decirmelo, Jane. Estoy decepcionado de tí.
—Kendall, espera...
—¡No! ¡No quiero hablar contigo! —gritó y salió de la habitación.
[...]
—¿Estás segura de que es aquí? —le preguntó por enésima vez Alonso a Irene.
—Sí, esta es la dirección que me dió esa persona en el mensaje.
—¿Qué harás?
—Pues ir a ver qué es lo que me tiene que decir sobre Jesse, recuerda que no sabía que él había salido del coma, por eso hago ésto.
—Está bien, amor. Cuídate —se acercó y le dió un pequeño beso en los labios para luego salir del auto y dirigirse al hotel.
Entró por las puertas eléctricas y suspiró para luego seguir caminando hacia el restaurante del hotel, donde se suponía que iba a estar esa persona.
—¿Usted es Irene German? —preguntó la voz de una mujer y de inmediato Irene se volvió para verla, era la sirvienta que Jesse había contratado para limpiar la casa donde había matado a Esteban.
—Sí. Digame ¿quién es usted y por qué quiere hablar conmigo sobre mi sobrino? —la señorita le señaló una mesa para que ambas se sentaran.
—Verá, espero que pueda creerme lo que le voy a decir, ya que es muy fuerte viniendo de una desconocida pero es que no puedo esconder más la verdad.
—¿De qué verdad me habla? —quizo saber Irene.
—La verdad sobre su sobrino, de que él mató a un joven en la casa que se suponía donde yo limpiaba —Irene abrió los ojos estupefacta y se llevó la mano hacia la boca.
—No puede ser —susurró.
Kendall:
Me había mentido, me había escondido que iba a tener un hijo mío, y de paso no quiere regresar conmigo. ¿Es que algo puede salir peor?
Tan pronto como salí de la habitación donde ella estaba con su mamá me fuí a la mía y la cerré con seguro, no quería que nadie me viera llorar. Estaba deshecho, no podía aguantar las lágrimas. Me sentía engañado. Ahora ¿Qué se suponía que iba a hacer? Porque ese hijo es mío, y no puedo negar que es mío porque se sabe que ella estuvo en un manicomio por culpa del malnacido de Patrick.
—¿Cómo pudiste hacerme ésto, Jane? —mascullé mientras sollozaba en mi almohada, dejando salir toda esa impotencia que sentía.
Jane:
—Mamá, ¿qué voy a hacer? —me giré hacia mi mamá y con los ojos llorosos corrí hacia ella para luego llorar en su pecho.
ESTÁS LEYENDO
Los Gemelos | Kendall Schmidt. [Editando]
Fanfiction¿Qué estarías dispuesto a hacer con tal de vengarte?