Mentirosa.

4.3K 270 169
                                    

Hildegard no sabía qué hacer, era un hecho que Hugo se moría por ella, pero había algo extraño en él que la inquietaba. Su devoción parecía querer escaparse de sus manos.
¿Cómo podía volverlo loco de amor?

Cuando giró su cara hacia él, su vista se dirigió directamente a sus labios. Esa era la respuesta, ¡un beso!, Comenzó a inclinarse, insinuandole sus intenciones, notando que él le correspondía de la misma forma. Cuando sus labios estaban a punto de tocarse, el mayordomo real tosió haciéndose notar.

~Sus majestades, los esperan en el comedor.

Los chicos se alejaron rápidamente y lo siguieron. Dentro de sí, ambos jóvenes esperaban que no hubiera notado lo que estuvo a punto de ocurrir.

Al llegar al comedor notaron que todos ya se encontraban reunidos, incluyendo al príncipe George. Hugo inmediatamente hizo una cara de molestia, sin saber ¿Por qué se encontraba en su castillo?

Se sentaron, donde les fue asignado por el rey Garrick quedando Hildegard lo más lejos posible de Hugo, y el príncipe al lado de Sofía.

Los reyes hablaban solamente de política, mientras Sofía y Hugo apenas intercambiaban unas pocas palabras sin importancia.

Todo iba bien hasta que el rey Henrik, alzó la voz.

~ Me gustaría invitarlos a todos a la fiesta de compromiso de mi querida Hildegard.

La princesa inmediatamente escondió la cara tratando de no hacer contacto directo con Hugo, sabía que el chico debía estar matándola con la mirada.

~Claro que iremos Henrik, ¿Con quién se casara está extravagante flor? Preguntó el rey Garrick siendo sarcástico.
Aunque parecía calmado, le aliviaba saber que Hildegard se alejaría de su hijo, pues nunca la había considerado una buena influencia.

~ Con el príncipe Zandar de Tangu, como saben, dentro de poco tiempo heredará el reino y es evidente el gran amor que se profesan. Incluso Hildegard fue la primera en festejar cuando él comenzó a pretenderla. Nunca para de hablar de él, no entiendo porqué en este momento está tan callada. Exclamó el rey volteando a ver a su hija.

La princesa quería que la tierra se la tragara. Su secreto había salido a la luz, tirando a la basura todos los esfuerzos que habia hecho para ser discreta.

~ Seguro está apenada con la situación, pero ¡Brindemos por su felicidad!, Gritó el rey Garrick extasiado.

Hugo no aguanto más y salió del comedor, siendo seguido por Sofía, Hildegard ni siquiera se atrevía a acercarse a él. Estaba segura que el jovén reaccionaria de forma violenta y ella no estaba dispuesta a aguantar reproches.

~ ¡Hugo espera! Gritó Sofía.

~ ¡Déjame solo!

~ Entiendo lo que te pasa, sé que es difícil amar y no ser correspondido.

~ ¡Soy correspondido!, Además, ¡tú no me comprendes!, seguramente nunca has tenido ese problema. Respondió Hugo alejando a la princesa de él.

~ ¡Lo tengo!, Yo amo a alguien y no me corresponde de la forma que quiero.

Hugo abrió los ojos dirigiendo su mirada hacia Sofía.
Por las mejillas de la chica corrían lágrimas discretas, tratando de ser encubiertas por una sonrisa falsa.

~ ¿Es Axel?, Porque si lo es, no tienes de que preocuparte. Susurró Hugo.

~ No..no es Axel... El rostro del la joven se tornó inexpresivo.

~ ¿Entonces?

~Eres tú Hugo, te quiero desde que era una niña, yo jamás te haría pasar por algo así, ¡jamás te engañaría de esa manera!

El príncipe sintió un golpe en el pecho. Era una gran impresión, pero se sentía feliz al escucharla decir esas palabras.

~ Te agradezco​ mucho, pero.... no puedo corresponder, eres una gran amiga para mi y te aprecio mucho, sin embargo, no puedo verte como algo más. Por el contrario, ella es mi vida y ahora no sé como seguiré adelante, no podré verla con alguien más  ¡Estoy seguro de que no lo resistiré!

Las lágrimas se intensificaron haciendo que la princesa no aguantara más y se fuera corriendo a su habitación.

Por suerte George se encontraba esperándola. Al verla en tan mal estado solo pudo abrazarla y tratar de hacer que se sintiera mejor.

Hugo la siguió hasta que Sofía llegó a los brazos del príncipe de Kiev.
A pesar de que no le agradaba la idea, estaba consciente qué era lo mejor, porque, si él se acercaba, solo arruinaría más las cosas.

En ese momento, los dos estaban demasiado lastimados como para poder aclarar la situación.

Hugo entró en su habitación y se tumbó en la cama, aún no comprendía porqué Hildegard lo había engañado y ocultado un tema tan importante.
Seguramente la estaban obligando,  ella lo amaba a él, eso era obvio, siempre se lo decía, por otra parte se sentía triste por la respuesta que le había dado a Sofía, era cierto, le tenía una gran estimación, pero no era amor o almenos eso suponía.

Al día siguiente la familia de Freezenberg regresaría a su reino. Hildegard intentaba no mirar a Hugo a los ojos, sentía que el chico le reprocharía sus acciones y no estaba equivocada. Él la amaba como a ninguna, mientras ella solo jugaba con sus sentimientos.

Para ella solo era un juguete, alguien que hacía que su ego aumentará. Lo sentía de su propiedad y no podía permitir que alguien como Sofía se lo arrebatara. En cambio de Zandar, de él si que estaba enamorada y dispuesta a gritarselo al mundo entero, sin temor.

Hugo ni siquiera le brindó una mirada de despedida y ella se fue haciendo caras de molestia, no podía creer que lo perdería, ¡Eso no lo iba a permitir!, pensaría en algo para recuperarlo, ella sabía manejarlo bien y lograría que las cosas fueran como antes, le era difícil perder a una persona que estaba dispuesto a todo por ella, aunque no lo viera de la misma forma, era como una posesión que la hacía sentir mejor.

~ Adiós Sofía, ¿me dejas darte un consejito?, no vale la pena que sigas detrás de Hugo, él no te hara caso aunque lo intentes. Dijo Hildegard para después subir a su carruaje.
La engreída chica se había dado cuenta de que los sentimientos de Hugo habían empezado a cambiar, sintiendo un afecto hacia Sofía y eso no le agradaba.

Sofía solo hizo una cara de tristeza, mientras recordaba lo que había pasado la tarde anterior y la forma en la que Hugo la había rechazado. Sentirse como una simple amiga, era difícil de digerir, pero sabia que lo superaría y se dedicaría a apoyarlo, sin importar la situación, porque solo era eso para él “Una amiga", un apoyo, alguien incondicional y eso no le molestaba en lo absoluto siempre y cuando pudiera permanecer a su lado.

Un amor inesperado (Sofia y Hugo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora