Un amor inesperado (Sofia y Hugo)

Una confesión.

Un ruido hizo que ambas chicas se alertaran, y corrieran directamente a la ventana.
¡Era el carruaje de Hugo!, Sofía comenzó a moverse por toda la habitación, inspeccionando su apariencia repetidas veces en el espejo.

~ Eres la más hermosa hermanita, ¡ya te lo dije!, no tienes de que preocuparte. Repitió Amber mientras le amarraba un moño blanco en el cabello.

~ ¿Por qué tanto alboroto? Alzó la voz James entrando a la habitación.

~ ¡James! No puedes entrar así en la habitación de una señorita. Lo reprendió Amber.

~ Te ves preciosa Sofía, ¿A que debemos el honor?

~ Hugo... Llegó al castillo, estoy por ir a recibirlo, hablaremos de algunas cosas que quedaron pendientes, ahora debo irme.

Los gemelos solo vieron a la princesa salir de la habitación.
Amber se llevaba las manos a la cara contemplando lo hermosa que había quedado su hermana, mientras James apretaba los puños lleno de furia. Sabía que no podía hacer nada para evitar que Sofía y Hugo hablarán.

Aunque no conocía el tema de la conversación, había algo que lo mantenía intranquilo.

~ ¡Hola Hugo!, Saludó Sofía haciendo que el príncipe se sobre saltara.

~ ¡Cuanto tiempo Sofía!, te extrañe mucho, por cierto ¡Te ves bellísima!

~¡Muchas gracias!, ¿Qué te gustaría hacer primero?

~ Primero quiero que hablemos, ¿Hay algún lugar privado? Dijo el príncipe dirigiendo su mirada hacía James que los observaba con los brazos cruzados.

~¡Claro!, vamos a mi jardín secreto, murmuró Sofía tomando la mano de Hugo para salir corriendo de ahí.

Al llegar al jardín, Hugo y Sofía se sentaron en un gran columpio de madera que se encontraba colgado de un gran árbol.

~ ¡James casi me mata con la mirada! Río burlonamente Hugo.

~ Últimamente ha estado muy irritado, supongo que es porque debe aprender todo sobre el reino.

~ Yo creo que es porque nunca nos hemos llevado bien, además debe estar buscando una reina desesperadamente y nadie quiere serlo. Habló el príncipe en un tono sarcástico.

~ James es muy popular, existen muchas princesas que lo admiran. Sonrió tímidamente Sofía.

~ Bueno, debo decirte algo pero no sé cómo empezar...
El día que me confesaste tus sentimientos, ni siquiera estaba bien, como sabes Hildegard acababa de darme un golpe bajo y.... yo siento mucho haberte tratado mal.
Después de que te fuiste del castillo tuve mucho tiempo para pensar, me dí cuenta que no puedo estar separado de ti, ¡te necesito! y no como amiga, sino como algo más, te he amado desde que era un niño y lo sabía, pero no quería aceptarlo. Cuando volviste a mi vida solo pude tratarte mal, no quería volver a caer. Todo era tan confuso que no entendía lo que me pasaba, incluso llegué a confundir el amor con amistad, sin embargo no me di cuenta que poco a poco habías cautivado mi corazón de nuevo.

La princesa seguía en shock, aún no podía asimilar las palabras de Hugo.

~ Esto es inesperado, pero mis sentimientos por ti no han cambiado. Saltó recargándose en su pecho.

Hugo tomó su barbilla y se acercó lentamente juntando sus labios con los de ella. Era un beso lleno de ternura y amor, el primero para ambos y sin duda traía consigo una sensación incomparable.

~ Le he dicho a mi padre y le emociono la noticia, al igual que a Axel, así que por mi familia no hay problema.

~ Mi familia tampoco tendrá problemas, ¡Estoy segura!

Ambos chicos se dirigieron a la pista de patinaje.
Se encontraban girando alrededor de ella. Hugo cargo a Sofía en sus brazos y comenzó a subir la velocidad de sus pasos, haciendo que la princesa se aferrara fuertemente a él.

~ ¡Veo que te gustan las emociones fuertes!, gritaba asustada.

En un momento, el pie de Hugo resbaló haciendo que ambos cayeran al hielo. El príncipe hizo todo lo posible para que Sofía no sufriera daño provocando así, que él cayera sentado con la princesa levantada en sus brazos.

~¿Qué hiciste? Gritó James entrando a la pista. ~¿Sofia te encuentras bien?

~ Yo estoy bien James, pero Hugo está malherido.
La princesa corrió a sentarse al lado de el príncipe, que aún se encontraba recostado en el piso.

~ Estoy bien Sofía, solo fue el golpe. ¡pronto se me pasará! Murmuró Hugo masajeando su tobillo.

~ ¡Eso fue muy emocionante!, aunque casi nos estrellamos.
En ese momento ambos chicos comenzaron a reír sin percatarse que James los observaba desde la entrada.

~ ¡James! ¡vamos!, habló Amber llevándose a su hermano de ahi.

~ Vamos a la enfermería.

~ No Sofía, estoy bien.
Hugo se paró del hielo haciéndole notar que estaba perfecto, aunque no era cierto del todo.

~ Te llevaré a mi habitación, debes descansar un poco.

Al llegar a la habitación, el príncipe se recostó en la cama y se quedó dormido instantáneamente. El dolor lo había afectado, tanto que se sentía muy agotado.

~¿Qué pasó? Dijo la reina Miranda entrando rápidamente a la habitación.

~Madre, veo a Hugo muy mal, nos caímos en la pista de hielo, íbamos muy rápido y trató de protegerme.

~ Le avisaré al rey Garrick que Hugo se quedará esta noche y recibirá la visita del médico real. Habló la reina Miranda dirigiéndose al estudio real.

Después de un rato, el doctor entró para revisar al príncipe. Sofía se moría del miedo, pero el médico la calmó diciéndole que se había lastimado un poco el tobillo y que en realidad estaba agotado por la impresión que se llevó.
La princesa solo suspiro aliviada, mientras se sentaba en una silla al lado de la cama, no quería separarse de él ni un segundo.

Al cabo de unas horas Hugo despertó encontrando a Sofía dormida.

~Sofia. Tocó su mejilla despertandola.

~¿Qué pasa Hugo? Dijo casi entre sueños.

~ Duerme en la cama conmigo, no puedo permitir que te quedes en una silla.

~ ¡No puedo hacer eso! Gritó asustada.

~ No tiene nada de malo, solo dormiremos y tú me harás compañía, mientras yo descanso.

Sofía no tuvo más remedio que acostarse en la cama. El príncipe nuevamente cerró los ojos y se dejó llevar por el cansancio.

La princesa solo observó como Hugo dormía tranquilamente. No podía creer que estuviera tan confiado, mientras ella se moría de la pena por estar en la misma cama que él.

Al cabo de un rato de velar su sueño, el cansancio se apoderó de ella. Sin darse cuenta que enmedio de la noche, James había entrado al cuarto.

Inmediatamente los colores comenzaron a subir al rostro del rubio, no podía creer lo que veía ¡Hugo y Sofía dormidos en la misma cama!

~ ¡Sofia! Gritó casi inconscientemente.