El cumpleaños de Amber.

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Había llegado el día del baile. La reina Amber se encontraba inspeccionando cada detalle, ¡todo tenía que ser perfecto!, una fiesta organizada por ella era igual a perfección total.

Sofía había llegado a Zatin desde un día antes, Amber debía estar segura de que su hermana asistiría a su baile de cumpleaños.
La rubia arregló a Sofía como en los viejos tiempos y la ayudo a verse más bonita de lo normal.
Sofía solo se sonrojo al ver su nuevo estilo frente al espejo. Aún no sabía que Hugo había sido invitado al baile, sí Amber se lo decía, seguramente se habría negado a asistir y la rubia quería que estuviera con ella celebrando ese día especial.

Más tarde llegó George al castillo buscando a Sofía entre la multitud, al encontrarla tomó su mano dándole un pequeño beso en los labios, Sofía solo bajó la cabeza, mirando alrededor del salón.

En un momento las puertas se abrieron para anunciar la llegada del príncipe menor de Albuquerque en compañía de la princesa de Rudistan.

Sofía abrió los ojos intentando esconderse entre los invitados, no tendría el valor suficiente para enfrentarse a Hugo.

Amber se acercó rápidamente a recibir a sus invitados, moría de ganas por conocer a la princesa Alice y no se perdería la oportunidad de hacerlo.

~Que gustó que se encuentren aquí. Sonrió la joven haciéndolos pasar.

~Feliz cumpleaños Amber. Felicitó Hugo haciéndole una reverencia.

~Muchas gracias Hugo.

~Te presento a mi prometida, la princesa Alice de Rudistan. La princesa se inclinó haciendo una sonrisa discreta.

~¡Moría de ganas de conocerte, Alice!, Mis hermanos y mis padres se encuentran aquí, me gustaría que los conocieras. Gritó Amber llevándose a la joven frente a los ex reyes de Encantia.
Hugo solo las siguió saludando a la familia real, por alguna extraña razón Sofía no se encontraba con ellos.

La princesa Sofia se encontraba mezclándose entre los invitados, alejándose lo más posible de Hugo.

George se acercó a todos y saludo cortésmente a Hugo, mientras conocía a su prometida.

~Sofia debe estar por aquí. Titubeó George sin omitir la reacción de Hugo.

El joven bajó la mirada y Alice volteo a verlo con incredulidad.

~¡Sofía!, Gritó James haciendo que la joven tuviera que acercarse.

~H... Hola, sonrió intentando esconder su nerviosismo.

~S..Sofía, te presento a mi prometida, la princesa Alice de Rudistan. Tartamudeo Hugo llevándose las manos a la cabeza.

~Es un gusto conocerte. Saludó Sofía.

~¡Sofía! Vamos al jardín necesitó hablarte. Alzó la voz George saliendo con la princesa del salón.

Hugo solo los siguió con la mirada.
Alice inmediatamente notó que el joven tenía un semblante frío.

~Ahora regreso. Habló el príncipe saliendo detrás de ellos.

Alice estaba apunto de seguirlo cuando Amber la tomó del brazo para presentarle a sus invitados.

~¿Qué pasa George?, ¿De qué quieres hablar?

~Sofia, aún no me has dado tu respuesta, ¿te casarás conmigo?

Hugo abrió los ojos con asombro, Sofía le había dicho que ya había aceptado la propuesta de George.

~George... Yo...., Yo.. ¡Lo haré!, Me casare contigo. Habló Sofía con la voz cortada.

Hugo estaba tan pendiente de los gestos de Sofía que ni siquiera notó que Alice se encontraba detrás de él.

~¿Por qué lo acepto si ella no lo quiere? Negó en voz alta.

~No todo es lo que parece, tú no sabes sus verdaderos sentimientos. Alzó la voz Alice con seriedad.

~¡Alice!, creí que estabas con Amber, sonrió nerviosamente Hugo, despeinando su cabello.

~¿Por qué estás espiándolos?

~Solo pasaba por aquí y casualmente escuché la conversación.

~ Está bien cariño, lo entiendo, volvamos al salón.

La fiesta se desarrollo con normalidad. La vista de Hugo seguía a Sofía en cada momento, viendo cómo valseaba con George y James alrededor del salón.
Quería invitarla a bailar, pero no estaba bien hacerlo. Moría por tener un momento a solas con ella para aclarar las cosas dichas dos días antes. Su comportamiento no había sido el mejor y lo que menos quería era que Sofía sufriera por su causa.
A lo largo de su vida siempre habia hecho cosas que la hicieron sufrir y era inevitable, pero quería seguir conservando su amistad, aunque ella seguramente lo rechazaría.

Alice comenzó a notar que algo extraño le pasaba a su prometido, no sabía exactamente qué pero debía averiguarlo.

Una joven de cabello oscuro, veía atentamente a Sofía con una mirada de melancolía, Alice decidió acercarse a ella para charlar. Quizás ella podría explicarle lo que estaba pasando.

~Un buen baile. Habló Alice llamando la atención de la azabache.

~¡El mejor!, mi amiga Amber lo hizo.

~Mi nombre es Alice y ¿el tuyo?

~Soy Hildegard. Respondió la joven bajando el tono.

~¿Por qué miras tan atentamente a la princesa Sofia?

~Hace unos años hice algo muy malo y arruine su vida, ahora me doy cuenta que aunque intenta parecer feliz, no lo es y nunca lo será de nuevo.

~Espero que no sea mucha indiscreción, pero ¿qué hiciste?

~La llene de engaños, la aleje del hombre que más amaba y ahora tengo entendido que él se casará. Murmuró Hildegard.

~¿Quién es ese joven?

~Bueno el es... ¿Hugo?, ¿Qué haces aquí? Tartamudeo la azabache viendo al príncipe parado frente a ella.

~Amber me invitó y si nos permites, debemos irnos. Mencionó en un tono serio.

~¿Por qué la tratas así?

~Ella es una persona despreciable, no vale la pena que la conozcas.

El baile terminó y cada uno regreso a sus respectivos castillos. El rey Garrick recibió a su hijo con una sonrisa notando inmediatamente que algo le pasaba.

~¿Qué pasa campeón?

~¿Nunca has pensado cómo sería nuestras vidas si las cosas se hubieran dado de otra manera?

~Siempre lo hago Hugo.

~Sofia se casará con George...

~Y tú con Alice, acaso ¿Te molesta?

~No, solo que es muy extraño, desde hace seis años me temía que esto pasara, se me reveló en la pesadilla de la competencia, sabía que ella se casaría con él tarde o temprano.

~Campeón, solo puedo decirte que pienses muy bien lo que vas a hacer y no tomes decisiones precipitadas.

Hugo asintió y se fue a encerrar a su habitación, se encontraba en un encrucijada, no podía sacarse de la mente a Sofía, estaba más bonita que nunca y esa inocencia que la caracterizaba seguía intacta. En ese momento apareció Alice en sus pensamientos, Hugo negó con la cabeza recordando la primera vez que la vio, aquella joven de carácter fuerte y audacia, dispuesta a ayudar a su pueblo y a la gente que la necesitaba.
Ambas eran tan iguales, pero a la vez tan diferentes.
En ese instante descubrió que no tenía nada más que pensar... se casaría con Alice pasará lo que pasará, ¡no podía lastimarla de esa forma!

Un amor inesperado (Sofia y Hugo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora