Fíjate por donde andas, idiota!

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Corrían las 6:59 am exactamente cuando el colegio católico del norte abrió sus puertas y así una vez más, la entrada ostentosa de los alumnos más prestigiosos de la ciudad llenaban de orgullo a la directora Taner.

—Buen día alumnos, como sabrán hoy es el acto de conmemoración al pastor Froncelli, espero verlos a todos en el aula magna a las nueve y ahora sin hacer disturbios pueden ingresar a sus respectivos salones —Con un micrófono inalámbrico, informaba la directora.

7:15 am

Era el primer día en su nuevo colegio y cómo era de esperar estaba llegando tarde, como a todos los lugares al que iba.

—Demonios, si tan solo hubiese alcanzado ese bus esto no estaría pasando —exclamó Lucio mientras sus pasos eran cada vez mas acelerados hasta convertirse en una suerte de trote deportivo.

Podia observar la inmensa instalación del gran colegio asi que se propuso a acelerar el paso cuando de repente, no pudo evitar la colisión con el portero de la institución, a centímetros de la entrada.

—Fíjate por donde andas idiota! —gritó el anciano que a pesar de sus 76 años seguía sirviendo al colegio, que prácticamente era como su casa.

—Le ruego me disculpe, es que llego tarde y es mi primer día, déjeme levantarlo —respondió Lucio que ahora estaba un poco nervioso por la situación, ya que pudo observar el uniforme de portero del viejo Gordon.

—Eres alumno? oh hijo nadie ha llegado tarde a este colegio y a vivido para contarlo, lo lamento mucho por ti.

—Que? —preguntó Lucio que ni siquiera asimiló el tono burlón de gordon.

—Ja ja ja es broma niño ahora entra antes de que sea peor, estaré bien, tuve accidentes peores cuando serví en el ejército. Gordon nunca estuvo en la milicia, lo cierto es que algunos creían que apareció junto con el colegio, literalmente nadie sabe que hacia antes de trabajar ahi.

Lucio se tomó unos segundos para respirar profundo y sin mas vueltas ingreso a la institución, después, toco la puerta de la dirección.

—Disculpe, se puede?

—Adelante —exclamó la directora Taner.

—Quien es usted? y por qué no esta en el aula?, espero que tenga una buena justificación.

La cara de "la taner" como le
decian los estudiantes no era para nada amigable, de hecho, sus ojos celestes casi grises y las arrugas de años de servicio eran tan intimidantes que una visita a la direccion no era prácticamente lo mejor que le podia pasar a cualquier alumno.

—Verá, es mi primer dia aquí, lamento llegar tarde pero aún soy nuevo en la ciudad y no pude evitar perderme por el camino, le ruego me disculpe mi nombre es Lucio...

—FERNANDO! Lucio Fernando, te he estado esperando jovencito, esta bien!
su aula es el a7, ya me he comunicado con su padre así que por esta vez no habrá problemas pero espero que no se vuelva a repetir!
ahora váyase no querrá perderse la clase de filosofia con la hermana Chabel.

Lucio estaba aliviado, pero también un poco confundido ya que el trato de la directora no era lo que esperaba, de hecho le pareció muy raro e inquietante, fue como si lo conociera por años, o milenios... sin embargo lo dejo pasar y sin mas vueltas, se dirigió al salon a7.

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