Luego de que Alfred terminara de acordar unas habitaciones con el dueño del lugar se dirigió directamente hacia Lucio, este se encontraba sentado afuera junto al campesino que los recibió.
—Mi señor, disculpe. Acompañeme un segundo —le dijo al oído
Caminaron hasta el automóvil y una vez ahí le reveló:
—Lo hice Luci, fui hasta tu departamento cuando me lo pediste. Aún no había rastros de ellos así que corrí lo mas rápido posible hasta tu habitación, tomé el libro e intente dejar todo como estaba. Y tan rápido como pude abandoné el lugar, después fui a buscarlo.
—Ya lo daba por hecho amigo, te conozco desde que eras un niño de no haberlo logrado, hubiese sido lo primero que dirías cuando yo entré al auto
—Sonrió—
—Bueno si, en fin, quieres que lo baje?
—preguntó—
—Esta bien, hazlo mientras yo buscaré algo para beber, el campesino me contó que en el bar hacen una cerveza artesanal deliciosa, la quieres probar?
—A decir verdad, lo único que quiero probar en este momento es la cama, me siento agotado —dijo mientras largaba una leve carcajada e ingresaba al lugar con una pequeña valija en la mano.
Lucio en cambio se dirigió al bar por algo de tomar, y mientras caminaba hacia el lugar miró fijamente al campesino que seguía sentado en su reposera y le dijo:
—Que esperas? Ven, te invito un trago.
Media hora despues regresó a la habitación.
El monoambiente era de color marrón casi naranja e incluía una cama de una sola plaza, una silla de madera y dos perchas colgadas en la pared, sostendidas por pequeños clavos.
Al pasar por la habitación de alfred notó que él ya se encontraba recostado y que su dormitorio cumplía las mismas características, aunque este no contaba con una silla. "Veo que me dejaste la suite principal" Bromeó.
Alfred sonrío y tras tomar aire se sentó en la cama, retiró la almohada y dijo:
—Aquí esta Luci, ahora dime, que tiene de interesante este libro?
—Nada en especial amigo, este en particular no es nada mas que todas las memorias de un antiguo orador, en cambio, si lo juntas con otros dos libros y sigues un patrón de paginas que sólo vive en mi memoria, entonces, se convierte en la amenaza mas grande para cualquier ser divino
—Ya veo, que espeluznante —respondió mientras volvía a recostarse
Lucio tomó el libro, lo guardo en su chaqueta, apagó la luz y justo antes de cerrar la puerta se despidió
—Que descanses anciano —Dijo—
Una hora después, Lucio se encontraba recostado en el dormitario cuando a lo lejos logró oir el sonido de dos o mas autos acercándose. A esta hora? pensó.
Salió a ver y efectivamente a unos 300 metros, distinguió seis luces entre la oscuridad dirigiéndose a toda marcha hacia su dirección
—Demonios, lo siguieron! —gritó mientras corría a despertar a su amigo
—Alfreddd levántate anciano debemos irnos —gritó—
