Luego de no obtener ninguna respuesta de parte de Jude, Sabrina usó su última carta: llamar a sus padres.
Les contó toda la situación tal cuál ocurrió, desde el por qué estaban en un club nocturno hasta la desaparición de Jude en cierto punto de la noche.
Sus padres la recogieron de inmediato y fueron directamente a la comisaría de Waterfalls, donde hicieron la denuncia correspondiente y permanecieron sentados hasta recibir algún indicio de la policía.
—En un club nocturno? No puedo creer lo imprudentes que fueron, en que estaban pensando? —exclamó su madre
—Ya es suficiente, hablaremos de esto después! Ahora lo único que importa es la aparición de esta niña, solo esperemos que no haya pasado lo p.. —se detuvo—
nada más nos queda esperar a que la policía se encargue —replicó su padre
Sabrina se mantenía inocua con la mirada fijada al suelo, intentaba controlar la desesperación e impotencia en tanto sus lágrimas caían sin cesar mientras imaginaba lo peor y qué tal vez, podría haber sido su culpa por haberla dejado con Josh.
A eso de las 5:14 am recibieron las primeras noticias de parte del departamento policial, Jude se encontraba sana y salva en un mirador a las afueras de la ciudad. Y sin perder tiempo se dirigieron al lugar.
Allí estaba ella envuelta en una manta, sentada en la ambulancia local.
Sabrina corrió entre los oficiales y empleados que trabajaban en el caso y abrazó a su amiga con todas sus fuerzas en cuanto la distinguió.
—Lo siento mucho, lo siento en verdad, nunca quise que esto pasara —dijo Jude entre lágrimas
—Esta bien Jude, ya pasó. Estas bien y eso es lo único que importa —respondió Sabrina.
Una vez que su amiga se encontraba un poco mas aliviada agregó:
—Que ocurrió Jude?
—Estaba extasiada, Josh ofreció llevarme a un lugar más tranquilo para poder hablar y terminamos aquí. Le pedí que regresara pero no me escuchó
—relató—
Y luego (...) luego empezó a besarme aunque le pedía a gritos que se detuviera.
Sabrina solo se limitaba a acariciarle el cabello y dejar que su amiga se desahogara.
—Le dije que no me iba a acostar con él, no la primera vez que nos conocíamos pero actuaba como si no escuchase lo que decía —siguió—
—No sabes cuanto lo siento, no debí dejarte sola —lamentó Sabrina mientras estrechaba con fuerzas la mano de su amiga.
Sin embargo Jude siguió:
—Pero luego algo extraño pasó, un auto se detuvo a unos metros de nosotros así que Josh paró, pensó que podría ser la policía o algo, razón por la que se compuso de inmediato y tomó la posición de conductor, mientras se abrochaba la camisa.
De repente, alguien se acercó hasta nosotros. Lo agarró del cuello y lo retiro del auto como si fuera una bolsa de productos y después lo lanzó a unos metros.
Yo estaba asustada y no podía distinguir mucho, todo estaba muy oscuro pero (...) vi como si esa persona le acariciara los labios, la cara, no se, fue todo muy rápido y confuso.
—Que pasó después?
—preguntó—
—Se fue caminando como si nada, al rato escuché que encendió un auto y se marchó.
Fue entonces cuando salí del carro y caminé hacía donde estaba Josh, el se encontraba en shock Sabrina. No sabía que hacer así que tomé su teléfono y llame a urgencias.
—Donde esta él ahora? —cuestionó Sabrina
—Lo llevaron a la clínica, y está muy mal amiga —finalizó—
Las chicas permanecieron abrazadas hasta la llegada de los padres de Jude, que la llevaron de inmediato a un chequeo médico para determinar su estado. Y Sabrina, junto a sus padres, se dirigieron a la casa.
En la mañana siguiente los noticieros locales sólo hablaban de una cosa: la muerte de un joven, hijo de un hombre muy rico de la ciudad aún por razones desconocidas.
Josh había fallecido a las 7:15 am. Los diagnósticos clínicos de sangre y orina especificaban que la razón fue sobredosis por exposición a cantidades excesivas de una rara sustancia tóxica, como así también, por varios tipos de otros narcóticos presentes en su cuerpo. No muchos se enteraron de esto ya que el padre de Josh logró mantener esa información lejos de la prensa.
Por desgracia para la policía el joven no fue el único del día. A kilómetros del lugar se encontraba otra persona sin vida con las mismas características. A un costado de la carretera, un oficial de tránsito se hallaba tendido en el suelo a unos cuantos metros de su motocicleta. El difunto presentaba lesiones tanto en el cuello como en las muñecas por lo que el personal de investigación determinó que este se resistió hasta al final luego de una breve disputa, aunque la causa principal fue envenenamiento.
La ciudad entera de Waterfalls se mantenía expectante ante los hechos, pero la sorpresa de los ciudadanos fue mayor cuando ese mismo día, durante la noche, apareció un tercer cadaver.
Un reconocido comerciante del lugar yacía en su minimercado junto a las góndolas. Su esposa lo había encontrado luego de ir por el, como todos los días a medianoche, horario que finalizaba su actividad laboral. Los de investigaciones llegaron de inmediato y para su desgracia, las razones de muerte de ese hombre eran evidentes, envenenamiento.
El departamento policial intentó buscar una conexión entre las víctimas pero fue en vano ya que estos ni siquiera se conocían entre sí. Al parecer lo único que compartían estas personas, era su homicida.
La casa de gobierno de la ciudad decretó estado de emergencia y duplicaron el personal policial y la seguridad en todos los sectores de la población, sin mencionar que los menores de edad tenían prohibida la permanencia en lugares públicos después de las diez de la noche sin la presencia de un adulto responsable.
Ya no había dudas para la ley, claramente había un asesino suelto y no le importaba con quien se cruzase y aún peor, lo único que sabían de él era el relato de una joven que ni siquiera pudo describir su rostro, pero que por alguna razón, salió ilesa de sus ataques y eso la convertía en la única persona con vida en haberlo visto.
