RECLAMOS Y AMENAZAS

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Martha  llegó  muy  temprano  al  instituto  al  día siguiente. se extrañó cuando al entrar al aula Catherinne, estaba allí. Por lo general, ella siempre llegaba tarde.

-Buen día, Cathe- le dijo inclinándose para besarle la mejilla. La chica no se alejó, pero tampoco correspondió al gesto, aquello le pareció extraño a Martha, quien tomó asiento en el pupitre del lado.

-A ver Martha. . . ¿tienes algo que decirme?- fue lo primero en decir una evidente enojada Cathe.

-No sé a qué te refieres Cathe.

-¿Segura?- la miró empequeñeciendo los ojos.

-Segura- Martha, frunció el ceño sin comprender lo que a su amiga le ocurría- ¿ qué te sucede?

-Estoy muy enojada contigo Martha.

-¿Conmigo?- ella abrió los ojos como si fuesen a salirse de sus cuencas- ¿ yo qué hice?

-Álvaro me lo dijo muy contento y yo me negaba a creerlo- cuándo aquellas palabras salieron de la boca de su amiga, Martha sintió como su corazón se aceleró- y no podría creerlo si no te hubiese visto con mis propios ojos.

-Cathe. . .

-Anoche en la fiesta de cumpleaños de mi tía Maura, te besabas con mi primo. . . ¡Te besabas con Wladimir!

-Cathe, puedo explicarlo. . .

-¿Cómo vas a explicar que traicionaste nuestra amistad?

-¡No hice tal cosa!- gimió horrorizada, con los ojos añejados en lágrimas.

-¡Por supuesto que sí!- le dijo enojada- ¡sabes que él fue novio de Daimar!

-Lo sé- dijo nerviosa- pero eso fue hace mucho, yo. . .

-¡Nunca me dijiste que te interesaba mi primo!

-No me interesaba hasta hace poco que nos fuimos acercando.

-¿Cómo te atreves a lastimar así a Daimar!, ¡ella es mi amiga!

-¡Se supone que yo también soy tu amiga!- le dijo con voz quebrada mientras las primeras lágrimas brotaban de sus ojos- ¡tendrías que apoyarme!

-No apoyo la traición- le escupió con ira- sabes que Daimar, lloró en mi hombro cuando perdió a mi primo, sabes que sufrió amargamente por no tenerlo. ¡¿cómo se te ocurre enamorarte de él?!, ella es frágil, eso le romperá el corazón.

-No fue mi intención Cathe, simplemente sucedió, no lo planee así. ¡Entiende por favor!

-¡No entenderé nada!

-¡Cathe. . . por favor, yo lo quiero!- gimió, pero su amiga desvió su mirada a otro lado- ¡él también me quiere!

-Eres una egoísta Martha, una cruel y dura egoísta, Daimar es amiga nuestra y tú estás por romperle el corazón por estúpida, por haberte enamorado de mi primo. No estoy de tu lado y no lo estaré, porque ella no soportará eso sabes que es frágil y retraída, que le costó mucho abrirse a nosotros y darnos su amistad. Amistad que tú traicionaste por un hombre.

-¡Cathe!

-No me dirijas la palabra Martha, estoy muy enojada contigo. Si me haces enfadar más, yo misma se lo diré y gritaré frente a todos que eres una maldita traidora, así que no te acerques a mí. Tú no sabes ser amiga.

Martha guardó silencio, y se enderezó en su asiento mientras lloraba. Cuando no pudo soportar más su indiferencia, se levantó y salió a llorar al baño de chicas.

Cuando volvió quince minutos más tardes con los ojos hinchados, ya todos habían llegado, hasta la profesora quién la miró con el ceño fruncido.

-Llega tarde señorita Campos.

-Lo siento profesora, tuve que ir al baño, pero llegué temprano, mi bolso y mis cosas están en mi asiento- lo señaló.

-Bien, adelante. Estábamos por comenzar.

Cuando se sentó, lo hizo en medio de Catherine y Daimar, la última la miraba preocupada.

-¿Estás bien Martha?

-Sí. . .yo. . . estoy bien. No te preocupes.

-Hoy tendremos un taller en clases- se escuchó la fuerte voz de la profesora- deberán agruparse en parejas y desarrollarlo, al final tomaremos los últimos veinte minutos para que defiendan su trabajo. Podrán agruparse como ustedes lo deseen. Tienen dos minutos para que escojan a su compañero.

Martha, se giró a ver a Catherine, quién la miró enfadada. Siempre que eran trabajos en parejas solían trabajar juntas, pero hoy como que sería diferente.

-Le pediré a Stefhanie, que trabaje conmigo- dijo Daimar.

-No- intervino Catherine- tu trabajarás conmigo.

-Pero. . . ¿Y Martha?- preguntó esta confundida.

-Que busque con quien trabajar, pero conmigo no. – dijo duramente. Daimar, miró a una y luego a la otra, con evidente gesto confundido.

-De acuerdo- rodó su pupitre hasta juntarlo con el de Catherine.

Martha, quiso llorar, justamente ese día tendría que trabajar en pareja, cuando lo único que quería era irse a casa a llorar. Catherine, era su mejor amiga y que la tratase así, realmente dolía.

Se giró para buscar a Stefhanie, pero ella ya tenía pareja. Rodó la vista por todo el salón, todos se habían agrupado. . . todos menos Juan. . . el chico molesto de la clase y el único al cual no le importaban sus estudios. ¡Bien!, el día no podría ser peor.

MI TIERNO AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora