¡CUÑADA!

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Martha, llegó a casa de Wladimir a eso de las cinco y media. Él la dejó pasar hasta la bonita sala.

-¿Qué tal tu día hoy cariño?

-Muy normal- responde ella dándole un tierno beso.

-Estás. . . ¿enojada?, ¿intranquila?

-No- dice cortante.

-Vamos Martha, ¿qué sucede, bonita?

-¿Qué te dio Daimar?- le pregunta entre dientes.

-¿Así que celosa?- le preguntó abrazándola.

-Para nada- responde ella encogiéndose de hombros.

-A mí no me molestaría que fuesen celos- le besó la frente- de hecho, eso sería magnífico. – ella suspiró como derrotada- no tienes nada que temer Martha, Daimar solo me entregó unas cosas para cerrar el ciclo que ella sentía que seguía abierto.

-¡Pero te entregó una carta!- gimió con voz temblorosa.

-Así es, una carta en la que me da las gracias por el tiempo que compartimos, las gracias por haberla querido. Nada más Martha, te lo juro- le besó la punta de la nariz.- si quieres puedes leerla.

-¿De verdad?- le preguntó mirándolo a los ojos fijamente.

-Sí, quédate aquí iré a mi habitación por ella.

-¡No hace falta!- le dijo abrazándolo- ¡creo en ti!

-Tranquila, mi amor- le acarició el cabello.

-Es que. . . ella y tú. . . ella y tú. . .

-Fuimos novios, pero no tienes por qué sentirte mal- la abrazó con más fuerza- eso terminó. Puede que yo haya tenido amores con anterioridad pero. . . tú eres la única que me interesa ahora Marta. Tú eres mi más tierno amor 

-¡Mira a quién tenemos aquí!- escucharon aquella profunda voz. Entonces se separaron un poco para encontrarse con unos hermosos ojos color avellana, llenos de diversión.

-¡Álvaro!- dijo Martha, un poco ruborizada.

-El mismo que viste y calza- camina hasta ella y la abraza- ¿cómo estás?

-Muy bien- le dedica una tierna sonrisa.

Álvaro, es el mayor y el más alegre de los tres hermanos, suele socializar con cada persona que conoce, es tierno, divertido. Martha, lo conocía evidentemente gracias a Catherine.

-Eso me alegra, ya me ha dicho mi hermano que eres como de la familia- Martha, se ruborizó en gran manera- lo felicité por la buena elección.

-Eso es cierto- aseguró Wladimir- me dijo que no pude haber escogido mejor chica.

-Y es cierto- aseguró él- Martha, eres dulce, buena, estudiosa, aplicada, inteligente y muy bonita. ¡Qué suerte la de este tonto!- le dijo sonriéndole.

-Yo soy la de mucha suerte.

 -Nada de eso- le aseguró- la suerte es completamente de él. ¡Míralo!, enorme, sin gracia, tonto y babea por ti- dejó escapar una sonora carcajada.

-Eres muy malo- le aseguró ella- no es cierto nada de lo que dices. Es lindo, tierno, cariñoso, muy inteligente y además es muy atractivo.

-¡Tonterías!- ríe- ¡el amor es ciego, mi madre tiene razón!

-Sigue como vas y te romperé un diente- le amenazó Wladimir.

-De acuerdo, no es necesario llegar a la violencia.

-¡Cobarde!- le dijo su hermano menor.

-¡Astuto!, la mejor pelea es la que se evita. Al menos eso dice mi padre.

Martha, rió de buena gana, aquellos hermanos eran maravillosos.

-¿Algo de tomar Martha?- le preguntó Álvaro- mi madre preparó una limonada excelente.

-No, muchas gracias yo. . .

-¡No seas tímida cuñada!- ella lo miró con ojos enormes. Nunca en su vida la habían llamado así.

-¿Cuñada?

-¡Claro!, es casi como decir hermana pues, pero para evitar que las demás personas crean que tienen una relación de incesto te llamaré cuñada- le dijo con gracia, riéndose de su propio chiste.

-Nunca antes me habían llamado así.

-Lo sé nena- le revolvió el cabello con cariño- de ahora en a delante donde te vea te gritaré ¡Cuñada!

-Estás loco- le dijo con una sonrisa.

-Un poco, es la característica principal en esta familia. Voy por tu limonada.

Martha, sonrió con ternura. Aquella era una gran familia, unidos, cariñosos y maravillosos.

-Mi hermano está algo loco- le dijo tomándola entre sus brazos.

-Es un loco adorable.

-Cuidado con lo que dices, puedo ponerme celoso.

-No hay motivo para ellos- lo miró con ternura a esos hermosos ojos- no hay nadie en el mundo, con quien quisiera estar. . . nadie más que tú- le dijo y reclamó sus labios en un tierno beso.

 
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MI TIERNO AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora