COMPLICIDAD

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-¿A dónde vas?

-A casa de Carolina- le responde a su madre.

-Ya sabes lo que opino al respecto- le dice cruzándose de brazos.

-No empecemos de nuevo madre. No quiero estar encerrada en esta casa todo el día.

-A penas tienes catorce años jovencita, no te gobiernas.

-Lo sé madre- suspira con pesar- solo iré un rato, nada más.

-Cuando esa Carolina, falte a tu amistad yo estaré allí para apoyarte y decirte "te lo dije", sé que eres inocente y entregas tu amistad sin reparos, pero esta vez se la has dado a la chica equivocada.




-¿Y cómo va todo con él?

-Muy bien Carolina, es muy dulce y cariñoso. Se nota que me quiere y siempre hace cosas lindas para hacerme sentir bien.

-¿Y vas a visitarlo con todos esos libros y cuadernos?- pregunta ceñuda- ¿es tu novio o tu profesor?

-Ambas cosas- responde con una enorme sonrisa- me ayuda con las tareas, siempre está al pendiente de mí y de las actividades que tengo, sobretodo en química, física y matemáticas, ya sabes que se me da fatal eso de los números.

-Es como aburrido eso de ir a visitar a un novio que te da clases- dice con burla.

-No, no es para nada aburrido, nos divertimos y hacemos muchas cosas juntos. Ahora iré a verlo, debe estar esperándome.

-Pensé que te quedarías más tiempo conmigo- pone cara de tristeza.

-Prometo que mañana vendré a verte cariño, ahora iré con Wladimir.

-Está bien, está bien. . . suerte, hermosa.

-Con él no necesito suerte- responde con una enorme sonrisa.




-¡CUÑADA!- el grito de Álvaro, le arranca una enorme risotada.

-Eres un loco- lo abraza con fuerza.

-Sí, pero soy un loco cuñado que te quiere. Pasa y espera a mi hermano dentro, él se está bañando.

-Muchas gracias. . . ¿tú cómo has estado?

-Bastante bien- suspira- enfocado en nuevos proyectos y nuevas metas, quiero hacer tantas cosas cuñada, quiero lograr tanto y estoy dispuesto a esforzarme por conseguirlo.

-Lo lograrás- le asegura- eres un buen chico, inteligente, centrado, luchador. No hay nada que no puedas lograr si crees en ti.

-Entonces tengo la mitad de la batalla ganada.

-Así es- le dice con una sonrisa.

-¡ALVARO, SI VIENE MARTHA DILE QU. . . – el grito de Wladimir, logra reclamar la atención de ambos, quienes se giran para verlo aparecer- no le digas nada- sonríe- se lo diré yo mismo.

-Me encanta esa mirada de idiota que pone cada vez que te ve.

-A mi también me encanta- le responde Martha a Álvaro.

Ella entra a la casa y se arroja a sus brazos, está fresco, recién salido de la ducha y huele riquísimo.

-¿Lista para comenzar a estudiar?

-Después de que me des mi beso- le responde con una sonrisa, para luego sentir la firme unión de sus labios.




La noche había llegado entre besos, caricias y mucho estudio. Martha, se sentía muy preparada para los tres parciales terroríficos que le esperaban y todo gracias a aquel hermoso chico de ojos color miel.

Aunque ella quiso marcharse a la hora de la cena, la madre de Wladimir se lo impidió, así que cenaron juntos en familia, según había dicho la señora Maura, y Martha se sintió tan dichosa de que la consideraran parte de ellos.

Así corrieron las horas mientras reunidos reían y contaban anécdotas vividas. Luego salieron al patio tomados de la mano, abrazados y disfrutando de la fría brisa.

No supo cuánto tiempo habían pasado riendo y besándose, solo supo que su celular comenzó a pitar por falta de batería. Cuándo lo sacó miró la pantalla horrorizada.

Diecisiete llamadas pérdidas.

Quince eran de su madre y las otras dos de Carolina. No le dio tiempo de nada, su teléfono anunciaba una nueva llamada. ¿ cómo había sido tan imbécil de dejarlo en silencio?

-¿Carolina?

-¡Tu madre va a matarte!

-¿Qué?, ¿ Por qué?

-¿Qué has estado haciendo tonta?, ¿no te das cuenta de la hora que es?

-No- le dijo sincera- es que me he entretenido.

-Y espero que el entretenimiento haya valido la pena, porque pasa de medianoche.

-¡NO PUEDE SER!-gimió horrorizada, alejándose de Wladimir.

-¿Dónde mierdas estás?

-Donde Wladimir.

-Tu madre estuvo aquí en mi casa, acaba de irse, le dije que estuviste aquí pero que acababas de bajar, así que ve inventando una buena excusa, o tendré que asistir a tu funeral mañana.

-¡No puede ser!- susurró sudando copiosamente.

¡Su madre iba a matarla!

-Corre a tu casa, si te apuras puedes llegar antes que ella.

-Gracias- le dijo y la llamada se cortó porque el celular se había quedado sin batería.

-¿Qué sucede?- le preguntó él

-¡Es medianoche!, ¡debo irme!

-Se nos ha pasado el tiempo volando- dijo poniéndose e n pie- te acompañaré.

-No hay tiempo mi amor- le rodeó el cuello y dejó una rápido beso en sus labios- despídeme de todos. Te amo- y dicho aquello, una vez más hizo uso de sus habilidades de carrera y salió a toda marcha en dirección a su casa.

¡No había poder humano que la salvara de lo que le esperaba! 

MI TIERNO AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora