ENFERMA DE AMOR (FINAL)

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Martha. . .

El próximo mes lo paso castigada, lloro continuamente de frustración por no poder salir de casa, porque lo que más quiero es poder ir a casa de Wladimir, pero no puedo. Mi madre no ha cedido a retirarme el castigo, "De la casa al instituto, del instituto a tu casa", esas fueron sus palabras, y me veo obligada a cumplirlas.

En este mes no le he visto más que dos veces rápidamente en el instituto. En el primero pudimos cruzar algunas palabras.

-Estoy castigada- le dije bajando la mirada al suelo- mi madre se enfadó muchísimo porque llegué tarde.

-Puedo hablar con ella- se ofrece, mientras acaricia mi mejilla.

-No. Eso no haría más que complicar las cosas. Mi madre tiene un carácter difícil y nunca entendería que tenga novio con solo catorce años.

-Pero mis intenciones son buenas Martha, lo único que quiero es todo lo bueno para ti. Te he demostrado que soy un buen chico.

-Lo sé mi amor.

-Y aun así te niegas a permitirme que hable con tu madre, aquí en el instituto ni te acercas a mí, y no sé cuál es el motivo, no te gusta que te visite, y tú estás castigada. ¡Estoy frustrado Martha, porque no puedo tenerte cerca!

-Lo sé. Solo te pido tiempo.

-¡El tiempo que perdemos alejados es tiempo valioso!- parece realmente frustrado- ¡No sé qué ocurre contigo Martha, pero me lastimas!

Y sin más se fue dejándome con los ojos cargados de lágrimas y el pecho cargado de dolor, porque lastimarlo a él, era lastimarme a mí. 


La segunda vez, solo cruzamos mirada cuando yo salía del instituto. Me miró con tristeza y desvió la mirada, sabía que estaba dolido, quería correr a él y abrazarlo.

-Camina Martha- me dice Cather- ¿o es que vas a hablar con mi primo?-pregunta  en tono  seco y áspero.

-¿Con Wladimir?- pregunta Daimar con el ceño fruncido.

-No. Solo le saludaba- digo intentando que mi voz no se quiebre y las tres salimos del instituto a toda prisa.

Aunque las cosas con Cathe, no habían mejorado del todo, había vuelto a dirigirme la palabra, pero lo cierto es que nuestra relación no era la misma, no éramos las amigas de antes. . . y dudaba que volviéramos a serlo. 


Después de haber llegado a casa con el último parcial en mano, con la nota máxima, mi madre me retira el castigo y eso me hace inmensamente feliz. En una semana estaré de vacaciones y sin castigo. Solo debo ir al instituto a buscar las notas y firmarlas. ¡Qué bien!

-Pero si vuelves a llegar tarde. . . – me amenaza mi madre.

-No lo haré- le aseguro- no llegaré tarde de nuevo.

-Eso espero, por tu propio bien.

Después de almorzar, me dedico a dormir un poco, Wladimir no llega del instituto sino hasta las cinco y media, así que hasta entonces no podré verle. A las cinco y media, decido subir y pasar primero por donde Carolina, para saludarla.

-¡Hasta que apareces!

-Da gracias que mi madre no me mató, estaba realmente furiosa.

-Pasa, te serviré un jugo de naranjas.- nos sentamos en el patio mientras conversábamos animadamente de lo que nos había acontecido durante este mes. Carolina, le aseguró que había comenzado a salir con Miguel.

MI TIERNO AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora