Capítulo 11 - Un Amor Prohibido

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Cuando desperté, no estaba en la sala con mi hermano, ni con la persona que hace poco era mi tía.

         Me encontraba en una especie de plaza abandonada que estaba en ruinas, los árboles hacían la forma de un círculo, ¿Cómo entré aquí? –Me pregunté a mí misma.

         Las hojas de los árboles caían, eso era símbolo de que el otoño estaba por terminar, los árboles eran frondosos y altos, tan altos, que al fin solo se veía el cielo y no sabía si estaba cerca de un pueblo o alguna ciudad para pedir ayuda.

         El cielo estaba gris, al aparecer iba a llover, No recuerdo este lugar. -Me pregunté una vez más.

         En todo el centro de la plaza, estaba una fuente muy extraña, la cual me llamó mucho la atención,

       Una gran fuente blanca con rastros de tierra, telarañas y grietas, daban indicio que era antigua, Un gran ángel arrodillado con una mujer en brazos, estaba en la cima de la fuente, su mirada era triste, como si hubiese perdido la esperanza de volver a sonreír.

         De pronto, me encontré mirando mi reflejo en el agua cristalina de la fuente, y pude observar como el cielo oscureció, todo a mi entorno se volvió negro, excepto el ángel. Todo había sido como si apagarán la luz, no había nada más que una pequeña luz que provenía del ángel para poder ver.

         Cuando quise retroceder, pude ver como en el agua de la fuente unas imágenes iban formándose, era como una especie de recuerdo, mire hacia ambos lados, porque sentía la sensación de que me estaban observando, pero estaba sola, me acerqué lentamente a la fuente y miré el recuerdo formarse, una chica estaba arrodillada frente a un chico, esta dijo algo, pero no la entendí y tampoco pude escucharla, de un momento a otro, tomó la mano del chico, y una luz salió de su pecho, como si fuera un fuego artificial, la chica se desplomó en el suelo y la luz entró en el abdomen del chico. Él volvió a levantarse, pero la chica no, su cuerpo empezó a desaparecer.

         Mientras miraba con atención el cuerpo desaparecer, una mano me tocó por encima del hombro, cuando gire, pude ver con la luz de la fuente a un chico alto de cabello negro, traía un traje en negro y una corbata roja, sus ojos eran azules, y la forma en que me miraba, era como si lo conociera desde hace mucho tiempo.

         "Al fin te encontré, por fin te vuelvo a ver". –Se escuchó en el aire, pero parecía que hablará en mi mente. "¡Genial me estoy volviendo loca!". –Dije en mi mente.

         El chico se acercó tanto a donde yo estaba, que pude sentir su respiración, estar cerca de él, es como estar a salvo pero también en sentía que podía estar en peligro.

Cuando quise retroceder me tomó del brazo y me sobresalté por su mirada, era vacía y perdida. Traté de correr hacia los árboles, pero no pude entrar, los árboles parecían una muralla, no podría salir, y nadie podría entrar, entonces me pregunto  a mí misma ¿Cómo entró él aquí?

         Volteé para volver a ver la fuente, y el chico estaba enfrente de ella. Caminé a través de la oscuridad y me senté en la fuente para poder visualizar el rostro del chico.

         -Regresaste. –Dijo girándose para poder verme, sus ojos eran azules, muy hermosos diría yo.

         Estaba muy asustada como para responder, aún no sabía nada acerca de lo que estaba pasando. "¿Quién demonios será él? y ¿Por qué me estará buscando?

         Se quitó el saco y puso sobre mis hombros para darme calor, y por el frío que había, pude saber que ya era de noche.

         -¿Qué quieres de mí? ¿De dónde te conozco, siento como si te conociera de hace tiempo, pero no recuerdo tu rostro? –Dije mirándolo a los ojos.

         Me miró a los ojos y embozó una sonrisa tímida. –Tienes muchas preguntas pequeña Flyer, que por los momentos no podré responder.

         -¿Qué quieres decir con que no puedes? ¿Y qué quieres decir con Flyer? –Le pregunte mirando alrededor de la oscuridad para saber si era un sueño. Pero creo que no lo era.

         -Todo a su tiempo Señorita Janne, por los momentos puedes regresar con tu familia, ellos deben estar esperándote. –Giró a su cabeza apuntando hacia una salida.

         Cuando me dispuse a bajarme, él me sostuvo de mi cintura y me bajo de la fuente. Nos quedamos mirándonos uno al otro durante unos minutos. -¿De dónde te conozco? –Dije suavemente, ya que, estábamos muy cerca, tanto, que podía escuchar su respiración.

         -Recuerda que toda persona tiene un ángel guardián y yo soy el tuyo, créeme, soy todo tuyo. –Dijo mientras que la obscuridad desaparecía y estaba volviendo el color, pero está vez, estaba apareciendo la imagen de la sala en donde estaba hace algunas horas.

         Para cuando pude abrir los ojos, estaba frente a mi tía que volvía a reaccionar, su cabello tomó su color natural y sus ojos volvieron a ser azules.

         -¿Qué fue todo eso? –Le pregunto a mi tía con un tono nervioso, ¿Habrá sido solo mi imaginación o de verdad esto estaba pasando?

         Mi hermano me miró tratando de saber qué es lo que pasaba, parecía confundido, él tampoco sabía lo que estaba pasando y yo era la única que podría averiguarlo.

Entre Tus Alas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora