Ojo por ojo, Vida por vida.

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Otabek sentía el miedo de Yuri, la rabia, el resentimiento y la confusión, el simple hecho de saber que eso era lo que le estaba causando a su lazo lo hizo sentir asqueado de sí mismo, amaba a Yuri y odiaba l hecho de que este lo viese como un animal salvaje apunto de comerlo, temblaba y sostenía a la beba en sus brazos como si la vida de ambos corriese peligro con el allí, parado frente a ellos.

-Yura... yo solo quiero hablar de...-

- ¿Cómo se siente? -

-¿qué? No entiendo...-

- ¿cómo se siente el ser un maldito bastardo que lo único que hizo fue utilizarme, me alejaste de lo que realmente era importante para mí, me marcaste como tuyo, y me hiciste creer de nuevo en tu raza?, ¿Cómo se siente destruir a una persona?... ¿te divertiste bastante? ¿o aun querías que te abriera las piernas para tu deleite? - dijo Yuri esta vez reflejando tristeza y odio en sus ojos esmeraldas- también planeas que le abra las piernas a tu hermano ¿no?, ¿Qué demonios te he de importar yo a ti? LARGATE, mañana ¿no? Mañana me entregas en bandeja de plata al hombre que destruyo mi vida por completo, al maldito que no solo mato a mis padres, sino que también por poco mata a Viktor, estoy harto de todo esto...- Otabek no aguanto más, sentía que el mundo simplemente se le tornaba negro ante sus ojos.

Jamás entregaría a Yuri, aun si el precio era las vidas de los que vivían en la aldea, aun si significaba su vida, debía encontrar la manera de hacerle entender a Yuri que él no era el enemigo, que lo que había ocurrido aquella noche no era como él lo imaginaba, no podía dejar que Yuri su lazo fuera tomado por JJ, jamás lo permitiría, y tenía menos de 12h para idear un plan para salvar a Yuri con el menor derramamiento de sangre posible.

-Yuri... escúchame solo por esta vez, por favor, déjame explicarte todo... me sentare aquí- mantuvo la distancia haciendo que el rubio se relajara un poco, se dejó caer sobre sus rodillas con la cabeza mirando hacia abajo.

Yuri simplemente lo veía, no decía nada, estaba muy ensimismado en su cólera, pero, aun así, su corazón les pedía a gritos escuchar al lobo.

-Yuri... te hablare de esa noche hace diez años...-

Otabek estaba recién llegado a la manada de JJ y su prometida, a pesar de que JJ era algo arrogante era buen líder y para el quien había perdido a todo el mundo no le pareció mala idea empezar de cero en una manada nueva, al principio le costaba adaptarse a las reglas del territorio, pero JJ era muy paciente con él.

-hey Altin, eres el nuevo de Kazakstán ¿cierto? Soy el líder Jean Jacques Leroy, pero todos me llaman JJ, un placer novato, aquí encontraras un hogar no te preocupes por nada más...- dijo JJ mientras jugaba con el cabello del kazako quien comenzaba a sentir el calor de un hogar nuevamente.

Los días se hicieron mese y los meses años, realmente era su hogar la manada de JJ, sin embargo, tenían algunos problemas principalmente con la prometida de JJ quien era su lazo, ya que era algo impulsiva y no muy amable. Todos los días Otabek podía observar a JJ disculpándose por algo que, hacia su prometida, pero también miraba como él la amaba a pesar de las cosas que hacía. Sin embargo, una noche mientras el montaba la guardia nocturna pudo escuchar una discusión entre JJ y su prometida.

-querida, te digo, no es buena idea, es una familia de tres nada más, ni siquiera estás segura de que el niño es un tigre, a parte es un delito muy grave lo que estás pensando hacer- decía JJ preocupado por las decisiones de su prometida.

-JJ ¿es que acaso no tienes visión? Su sangre nos hará más fuertes que cualquier lobo o criatura terrestre, descuida no cazare a los padres, cazare al cachorro de ellos, es mucho más fácil y es el mismo efecto- dijo riendo la prometida de JJ mientras abría la puerta relamiéndose los labios pensando en el poder que la sangre del cachorro le daría- iré por el...

-Espera, no vayas sola...-pero ya era tarde ella se había marchado adentrándose en el bosque buscando la casa de los Plisetsky.

Esa noche Otabek recibió la orden de seguirla por parte de JJ y detenerla si era necesario, pero cuando llego ya era demasiado tarde, la prometida de JJ intento matar al pequeño Yuri mientras jugaba fuera de su casa, pero lo que ella nunca pensó era que el padre y la madre de Yuri eran dos tigres quienes no dudaron en matarla al instante que abrió sus fauces para llevarse al pequeño Yuri. Eso era una carnicería, ambos tigres lograron destrozar al lobo frente a ellos en menos de tres minutos, Otabek estaba escondido entre los árboles y tuvo que correr lo más que pudo para evitar ser detectado y llegar lo más pronto posible a la manada.

JJ ya no era el mismo luego de perder a su prometida, ya no era amable, constantemente tenía arranques de furia, producto de su lazo roto antes de tiempo, y por el hecho de haber quedado solo. Solía fumar fuera de su casa con ojeras por su falta de sueño, por la noche se le podía escuchar dando gritos y maldiciones para luego romper en llanto gritando el nombre de su prometida. Su comportamiento siguió ese mismo patrón durante unos meses hasta que no pudo más y fue a tomar vida por vida y convertirse en lo que su prometida quería convertirse.

Esa noche Otabek estuvo tratando de detenerlo, pero fue en vano, sus ojos eran básicamente unas cuencas vacías, ya se encontraba fuera de sí. JJ había tomado unas píldoras que solo se les subministraba a los alfas en caso de emergencia que podían volverte fuerte, pero debías perder el control de ti mismo durante lo que duraba el efecto de la misma; esa noche el tomo dos de las píldoras volviéndose un animal salvaje, asesino a sangre fría y con gusto bebió la sangre de los padres de Yuri, Otabek sintió la presencia de Yuri esa noche al igual que la de Viktor por lo que se apresuró a llevarse a JJ ya que el crimen que había cometido era muy grave, siendo los tigres muy escasos en el mundo.

JJ abandono la manada y Otabek se volvió el líder de la misma justo cuando él se fue, sin embargo, recordó claramente las palabras del hombre que había sido su hermano.

"mi venganza estará completa cuando posea a el engendro de esas bestias que me acabo de comer" dicho esto se marchó y no regreso a la manada.

Yuri permaneció en silencio, miraba a Otabek con unos ojos que el mismo no sabía descifrar, Yuri recordaba a la perfección el día en el que aquel lobo quiso matarlo mientras jugaba con su peluche favorito, su madre y su padre lo protegieron a toda costa, intentaron advertirle al lobo que no se acercara y volviera de donde había venido, pero hiso caso omiso, sus padres mataron al lobo y le prometieron a Yuri que jamás vería uno de nuevo.

Aun podía recordar como su madre gritaba al oír el crujido de los huesos de su padre ser destrozados por las mandíbulas de aquel lobo, y como poco tiempo después mato ese lobo a su madre quien lo había empujado al sofá, esa imagen jamás iba a desaparecer de su cabeza y ese fantasma lo perseguiría toda la vida.

-Yuri... Yura, dime algo, por favor, no soporto el silencio que dejas- dijo Otabek temblando ante la posibilidad de perder a su lazo- Yura, no dejare que él te tenga. Jamás dejare que JJ se lleve tu vida, no lo permitiré así tenga que dar mi vida por ello, así que, por favor, no me tengas miedo, te amo, te amo Yura, no soportaría estar sin ti, ni quiero verte sufrir, te amo y lo repetiré hasta que mi voz llegue a tu corazón y allí se grabe- insistió el kazako ya al borde de las lágrimas- No podría perderte, no de nuevo-

Yuri aun dudoso y en silencio se levantó con la beba en brazos, Otabek seguía con su mirada clavada en el suelo llorando, Yuri se acercó a él y se sentó frente a frente con la bebé dormida en sus brazos.

-si es verdad lo que me dices, entonces ¿Por qué no me defendiste cuando él me tuvo en sus brazos? ¿Por qué no lo mataste cuando coloco sus manos sobre mí? ¿Por qué no me apartaste de sus garras? ¿Por qué no me miras a la cara? ¿Por qué lloras? ¿Por qué me amas? ¿Por qué yo te amo? - sentencio Yuri mientras le daba golpes al pecho de Otabek con su mano libre, lloraba, temblaba, tenía miedo, pero en los brazos del kazako se sentía en un refugio impenetrable- eres mi hogar Beka.

Otabek subió su vista, acaricio aquellos hermosos cabellos y beso los labios del rubio delicadamente, haciendo el beso más profundo mientras acercaba al rubio.

-Vámonos de aquí los tres Yura... no nos alcanzara jamás- propuso Otabek viendo a los ojos de Yuri los cuales brillaban ante la idea.

Linaje Perdido OTAYURIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora