Sell Boys

Capítulo 19

Era una tarde bastante calurosa, el sol pegaba tan fuerte que podría cocinarse cualquier cosa sólo con ponerla en el suelo con un poco de aceite de cocina.

Un chico rubio caminaba con molestia siendo arrastrado por alguien que no conocía, había intentado escapar en distintas ocasiones. Para que no pusiera intentarlo una vez más aquel hombre le había tomado fuerte por la cintura, pegándolo un poco a él mientras caminaban. Esto era una gran molestia para el rubio, pero no podía hacer nada. Después de todo el hombre tenia mucha más fuerza que él.

—¿Donde me llevas? — Preguntó con una gran molestia, ya estaba realmente cansado de la presencia del mayor.

— Sólo quiero invitarte a comprar un helado — Respondió divertido mientras abrazaba más fuerte al pequeño rubio.

— Entonces no es necesario que me abraces por la cintura, ¿o sí? —

El mayor río levemente mientras negaba con la cabeza, luego bajó su mirada hasta los ojos del menor. Le miraba coqueto.

— Realmente no~ pero quiero abrazar a la cosa más linda que he tenido a mi lado~ — Luego de decir eso volvió a levantar su mirada empezando a reír.

El menor sentía que sus mejillas ardían, la vergüenza empezaba a invadirlo por el cumplido del mayor. Y esto podía borrarse por el color carmesí que adornaba sus mejillas.

El mayor, al notar aquel detalle dejó de caminar. Y abrazándolo con ambas manos, aún por la cintura, se fue acercando poco a poco al rostro del rubio.  — ¿Te gustó que te haya un cumplido?~ —

El menor giró su cabeza, dirigiendo su mirada a otro lado. Intentando ocultar su sonrojo a la vista del mayor. — No te confundas, no soy un doncel — Dijo intentando sonar enfadado, mientras empujaba al mayor, alejándolo de él.

— No me importa, de echo es lo mejor. No quiero niños — Dijo volviendo a abrazarlo por la cintura con un brazo, volviendo a caminar hacía la tienda de helados.

— Dejame, tampoco soy gay — Dijo aún intentando sonar enfadado. Mientras miraba a otro lado evitando mirar cualquier parte que tuviera que ver con el mayor.

— No me lo creo, además si realmente no fueras gay... Te follaría hasta que lo seas — Dijo levantando levemente sus hombros. Aquel comentario había logrado hacer que el rubio se sonrojara aún más, sentía que todo su cuerpo ardía por la vergüenza.

Al llegar a la heladería el mayor pidió un helado para cada uno, girando a ver al menor. El cual seguía totalmente rojo y nervioso. — Si vas a fingir que no eres gay deberías actuar más masculino —

Ante este comentario el menor se enfadó realmente, y golpeando el brazo del mayo logró soltarse y apretando los puños empezó a caminar a su casa.

— ¡Espera! — Dijo el mayor mientras caminaba tras él sobando levemente su brazo, realmente le había dolido el golpe.

— ¡Dejame en paz! —  Dijo empezando a correr.

Cuando perdió al menor de vista sacó su celular del bolsillo de su pantalón y buscando un número en especial entre sus contactos empezó a caminar hasta su casa. En cuanto encontró el número llamó a este sin dudarlo.

— ¿Quien habla? — dijo la voz proveniente del otro lado de la llamada. Aunque pudo oírse un leve gemido de fondo, el hombre decidió ignorarlo.

— ¿Como haces para que tu pequeño sea sumiso contigo? — Preguntó en un tono infantil mientras caminaba por las calles de la ciudad.

— No tengo una manera en especial de que lo sea. El lo es porque me ama —

Mordió su labio levemente, no entendía perfectamente como la hacía
— ¿Te fue mal con Drac? — El chico al otro lado de la llamada rió levemente por la desgracia de su amigo.

— ¡No te burles! — Dijo aún más infantil

— Vale, vale. Pero es tu culpa, imagino que hiciste una broma o algo así e hiciste que se enfadara —

— ¿Como lo sabes? — Preguntó abriendo la puerta de su casa.

— Eres demasiado predecible, solo sigue intentando. Pero no hagas que se enfade — Colgó la llamada luego de terminar de oír eso.

— Es más fácil decirlo que hacerlo — Dijo al aire mientras entraba a su casa un poco desanimado.