Capitulo 38

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Los días pasaban, la relación entre Akio y Kirt mejoraba cada instante que pasaban juntos. El mayor sonreía con ternura al ver a ese pequeño junto suyo, reia con levedad al ver los tiernos gestos que este hacia al pedirle algo de lo que tuviera antojo. Cada vez que eso pasaba Kirt lo abrazaba, besaba su cabeza y de inmediato salia a conseguirle aquel dulce o fruta que pidiera. Algunos dicen que es malo seguir todos los antojos de una persona en embarazo pero Kirt no podía contra la ternura que le daba Akio, mucho menos con el gran amor que le tiene.

— K-kirt... — Llamó con dificultad mientras intentaba levantarse de la cama, se sentía mareado. Conocía esa sensación, tenía que ir al baño para vomitar. Kirt se removió en la cama despertando poco a poco, se sentó en la cama mientras bostezaba y miraba con curiosidad al menor.

— K-kirt, n-necesito ir al baño — Al escuchar el tono de asco con el que lo había dicho entendió todo al instante, se levantó de la cama lo más rápido que pudo y tomó a Akio entre sus brazos, al llegar al baño lo dejó con extremo cuidado sobre el suelo para que pudiera vomitar lo que necesitase.

— Cuando acabes me llamas — el menor asintió con la cabeza y se acomodó para poder vomitar, Kirt salió hacia la cocina estirando un poco sus brazos hacia arriba, esto hizo que sus músculos se marcaran, iban son camisa dejando ver su definido abdomen. Suspiró parándose en las puntas de sus pies sin dejar de estirar sus brazos, no había logrado despertar totalmente ya que necesitaba seguir aquella rutina para deshacerse del sueño. Luego de eso caminó hasta la cocina, revisó en la nevera buscando algo de comer, sonrió con levedad al encontrar algo y tomó todo lo que necesitaba para preparar un desayuno para ambos.

— ¡K-kirt! — Se escuchó un grito levemente desesperado, eso hizo que se preocupara demasiado. Soltó todo lo que tenia en sus manos y corrió al baño, Akio estaba en la misma posición en la que lo había dejado pero al parecer no había vomitado.

— M-me duele — Kirt lo tomó en brazos cargándolo estilo princesa y le sonrió con ternura, aunque esa sonrisa tardó muy poco en desaparecer pues sentía la ropa del menor un poco mojada.

— ¿Qué te duele?—  Preguntó preocupado besándole la cabeza, se separó levemente para mirarlo a los ojos. Akio intentó hablar pero tenía un gran nudo en su cargante, el dolor no lo dejaba hablar. Acarició levemente su estomago señalando la fuente del dolor. Kirt tuvo un extraño presentimiento, su preocupación aumentó y caminó sin soltar al pequeño, lo dejó recostado sobre el sofá y fue corriendo hasta su habitación. Se puso una camisa y unos zapatos lo más rápido que pudo y volvió a bajar. Tragó saliva al ver como se encontraba Akio, tenía lágrimas en sus ojos y estas salían con bastante concurrencia, se sostenía el estomago mientras se quejaba del dolor. Tomó al menor nuevamente en sus brazos y salió lo más rápido que pudo, subió a Akio en su auto y le abrochó el cinturón de seguridad, cerró la puerta del auto y dio la vuelta hasta quedar frente a la puerta del asiento del conductor, entró y encendió el auto rápidamente. Cerró la puerta y se abrochó el cinturón, suspiró con levedad y empezó a conducir en dirección al hospital. Según lo poco que sabía sobre ese tema era posible que su hijo estuviera por nacer.

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