Capítulo 32

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Despertaba lentamente, sintiendo un leve dolor de cabeza que empezaba a inundarle, puso su mano sobre su cabeza. Miró a todos lados y se asustó demasiado al no ver a la persona que amaba al lado suyo.  Se sentó en la cama mientras hacía una cara de molestía, miró fijamente al suelo pensando donde demonios podría llegar a estar Will. Se sobresaltó al oír que la puerta de la habitación donde estaba empezaba a abrirse, logró percatarse de esto por el horrible y molesto chirrido que hizo la puerta. Miraba la entrada de la habitación fijamente, entrecerró levemente sus ojos intentando reconocer a la persona que había abierto la puerta, tuvo que hacer eso ya que la brillante luz que entraba a la habitación por haber abierto la puerta le había dejado aturdido por unos instantes.

-- Ya despertaste -- Logró reconocer aquella voz, sonrió levemente y asintió con la cabeza. Era Will, se acomodó mejor en la cama mientras daba suaves palmadas insitandole a que se sentara a su lado.

-- ¿Sabes?, mientras dormías Kirt me llamó, encontró a Akio -- Le dijo sonriente para animarlo, cosa que al instante hizo, Drac le devolvió la sonrisa, estaba muy feliz por pensar que volvería a ver a su amigo.

-- Pero está un poco mal, Kirt tuvo que llevarlo al hospital. Cortó la llamada cuando el doctor lo llamó para informarle del estado de Akio, por lo que no pude saber como se encuentra en estos momentos -- Pasaba sus manos con suavidad por la dorada cabellera del rubio, hacía esto para que no se preocupara de más, para mantenerlo tranquilo.

-- Oh... lo bueno es que ya lo encontraron -- Sonrió nuevamente, le preocupaba su amigo pero no podía hacer mucho más que esperar.

Will pasó suave y discretamente un brazo por la cintura de Drac y lo pegó a él con suvidad, abrazandole con cariño por la cintura -- Eso significa que debes cumplir tu promesa~ -- Dijo en tono coqueto intentando hacer que su pequeño Draqui olvidara el tema del estado de Akio por el momento.

Drac se sonrojó al instante e infló sus mejillas reprochandole al mayor -- Ahora no, hace poco hicimos algo pervertido. Espera un poco -- Dijo en falso tono de enfado, sus mejillas estaban rojas y que las inflara de esa forma hacía que, para la vista del mayor, pareciera la cosa más tierna que llegaría a ver jamás.

-- Vale, vale. Otro día cumplirás tu promesa, pero deberás cumplirla -- Deshizo su abrazo y se levantó caminando con lentitud y suavidad a la salida de la habitación. Cuando estaba por salir se giró a verlo con una amplia sonrisa -- Ven, preparé algo de comer para ambos --

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La brillante luz matutina que anuciaba que ya era de día daba directamente a los ojos del azabache, se sentó en la cama con molestia. Una vez despertaba le hera imposible volver a dormir. Se levantó de la cama donde estaba y se giró, sonriendo al ver el tierno y tranquilo rostro de Akio mientras dormía, acarició levemente su cabeza y salió de allí sin hacer ruido, iba por una taza de café.

El menor empezaba a abrir con lentitud y pesadez su pequeños ojos, al ver que Kirt no estaba se sintió muy mal, se sentía vacío y solo. Abrazó sus piernas intentando contener las lágrimas, imagenes de Kirt estando con otra persona, o de Kirt huyendo de él por su embarazo invadían su mente. Se torturaba a si mismo, cada vez imaginaba a Kirt más cruel, hasta el punto de llegar a imaginar que en ese mismo instante estaba burlandose de él por lo ingenuo que era. A este punto las lágrimas ya estaban cayendo sin control, sollozaba bastante fuerte, podía escucharse como lloraba en los pasillos.

Kirt volvía a la habitación con su taza de café, al escuchar esos sollozos los reconoció al instante, era Akio. AL pensar que estaba llorando se apresuró a correr hasta llegar la habitación, recibió varios regaños de las enfermeras por andar corriendo en los pasillos, todos los ignoró. Corría con desespero hasta la habitación de Akio, ya había dejado caer el café al suelo desde que empezó a correr, en esos momentos no le importaba, sólo lograba pensar en Akio. En cuanto llegó a la habitación abrió la puerta sin cuidado alguno, haciendo sobresaltar al menor por el ruido del impacto de la puerta contra la pared. 

Akio levantó su miraba, se sorprendió al ver a Kirt, pero lo que más lo sorprendió fue la cara de preocupación que se veía en este.

-- ¿por qué lloras? -- Preguntó alterado mientras se acercaba a la cama donde se encontraba el menor. Su respiración era agitada por lo mucho que había corrido, gracias a esto la frase también fue entrecortada, se sentó junto a Akio mientras puso una mano sobre su pecho intentando recuperar el aire.

-- C-creí que me habías abandonado... -- Respondió sincero y con tímidez mientras abrazaba más fuerte sus piernas.

-- Jamás harías eso -- Respondió tranquilo mientras se recostaba junto al pequeño Akio, abrazadole suavemente y besando con ternura su cabeza. En esos momentos parecía que todos los problemas habían desaparecido, el estado de salud de Akio, su embarazo y más importante. TOdo el sufrimiento causado por la indiferencia de Kirt.

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