Capitulo 14

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El sol entraba por la ventana dando directamente a sus ojos, cerró estos con fuerza intentando ignorar aquella luz incomoda. No pudo ignorarla por lo que intentó levantarse para ir a cerrar la persiana pero un dolor en sus caderas hizo que cayera al suelo, su sorpresa fue bastante grande al notar que estaba desnudo y tomó una camisa que había cerca, era lo suficientemente grande para cubrir su cuerpo hasta los muslos. Intentó levantarse del suelo ayudándose con la cama, cuando lo logró sus mejillas se tornaron de un fuerte color carmesí pues al caerse le había quitado la manta que cubría al azabache y se lograba ver en su totalidad el cuerpo de este.

El menor totalmente estuvo un rato mirando fluente al miembro del mayor, intentando recordar lo que pasó la noche anterior. Quizás así descubriría el por qué ambos estaban desnudos y por qué le dolían las caderas. Luego de unos instantes logró recordar una parte de lo sucedido, al recordarlo se sonrojó mucho más pues había recordado el como el mayor lo estuvo ayudando con su problema.

— ¿Te gusta lo que ves?~ — Dijo el azabache con un tono coqueto pues había notado que el menor lo había estado mirando fijamente.

El contrario solo se quedó allí quieto a la vez que su sonrojo aumentaba. Cuando pudo reaccionar giró su cabeza con fuerza a otro lado, su corazón latía fuertemente y pensó que si dejaba de mirarlo se calmaría, cosa que no funcionó pues el mayor se había acercado a él.

— Vamos, no seas tímido~ — dijo abrazándolo nuevamente para luego reír levemente — Mi camisa te queda bien — 

El menor estaba intentando soltarse pero el dolor de su cadera le impedía moverse bien.

— Hm... Ayer fuiste más gentil — Dijo dejando al menor sobre la cama besando levemente su cuello.

— Ahh~ — gimió levemente y luego pateó al mayor para que se alejara, su rostro estaba totalmente rojo pues ya estaba empezando a recordar — !P-pervertido! ¡p-prometiste que solo u-usarias tu mano o t-tu boca! —

El mayor se alejó un poco — Vaya... Tienes razón, rompí mi promesa. Pero no mientas, lo disfrutaste mucho— Empezó a caminar a baño resignándose — Supongo que tendré que esperar hasta que dejes de estar enfadado para poder tocarte nuevamente — Entró al baño dejando al menor solo con la respiración agitada y su rostro totalmente rojo.

El menor golpeaba la cama intentando calmarse —(¡Idiota! Debiste detenerlo... Además... Oh no...)—.

~💔💖💔~

Cuando el mayor salió del baño con una toalla rodeando su cintura se asustó un poco pues el menor se veía muy desanimado. Se acercó a él lentamente para no alterarlo más de lo que ya estaba — Akio... ¿que tienes? —

El menor se levantó poco a poco mirando con ira a los ojos del azabache — ¡Idiota! ¡No usaste condón! —

El mayor rió levemente abrazando al menor — Tranquilo, dudo mucho que quedes embarazado a la primera. Además le prometimos un hijo a nuestros padres — Dijo acariciando la cabeza del menor con suavidad para intentar calmarlo.

Las caricias del azabache lo calmaban, aunque le disgustaba aceptarlo era lo único que necesitaba en esos momentos. La seguridad de que alguien le quería y apoyaría.

El mayor besó su frente para luego separarse — Debo vestirme, luego volveré a abrazarte pequeño — Dijo dejando caer la toalla al suelo y caminar desnudo hasta el ropero.

Como era obvio el menor había cubierto sus ojos con las manos pero tenía los dedos levemente abiertos para poder ver el cuerpo del mayor.

— Si vas a espiarme puedes hacerlo, no tienes por qué simular que tienes los ojos cubiertos —

Ante esto el menor retiró sus manos de los ojos y las puso sobre la cama para apoyarse. Miraba fijamente el cuerpo del mayor evitando ver más abajo de la cintura por la vergüenza que le daba.

Luego de que se vistiera Kirt volvió a la cama sentándose junto al menor — Listo, por cierto... Aún no te he preguntado... ¿quieres ser mi novio?—

Abrió sus ojos como platos, la pregunta le había tomado por sorpresa y por esto mismo estaba temblando levemente gracias a los nervios. Se acercó al mayor apoyándose sobre su pecho.

Ante esto el mayor lo abrazó sin dudar ni un instante y guardó silencio esperando la respuesta de su amado.

— S-sí— Dijo escondiendo aún más la cabeza en el pecho del mayor, todo esto por la gran vergüenza que le inundaba.

Al oír esto separó la cabeza del menor de su pecho para tomarlo por la barbilla y besarlo tiernamente. Estaba completamente feliz.

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