"¿Qué hago? ¿Cómo despierto?" Me preguntaba muy preocupado.
—Se que estas nervioso, pero no te alteres. Despertarás muy pronto.— Dijo Luh
—¿Y si me paso algo demasiado grave?
—¿Y si despiertas en unos segundos? Relaja la raja illo.
"Me estoy alterado demasiado... tomar aire me ayudara." Pensaba, y eso hice.
Salí de la casa y caminé sin dirección por horas, y horas. La ciudad no era grande, así que salí sin tardarme mucho.
Eso de que caminar me ayudaría a pensar, no resultó así. Solo me hacía preguntas y preguntas.
Sin darme cuenta entré en un bosque, solo veía césped y árboles, escuchando a los pájaros cantar.
Vi una roca enorme, subí hasta la cima de ella.
Podía ver toda la ciudad desde allí, unas vistas muy guapas.
Me sentía el rey, el rey del mundo. El mundo que no me dio la espalda.
Me senté en el borde de la piedra, disfrutando un atardecer que producía mi imaginación.
Luego de unos minutos, escuché pasos detrás de mí. Asustado, voltee para ver.
—Tranquilo, soy yo.— Dijo Sara.
—¿Qué haces aquí?— Pregunté aliviado.
—Yo tendría que hacer esa pregunta.
—Solo caminé hasta aquí.
—Pues, este es mi sitio, vengo para relajarme.— Se sentó a mi lado.
—Pensé que estabas enojada conmigo.
—Realmente lo estoy, pero prefiero olvidarlo. Además tenías razón.
—¿En qué?
—Lo nuestro nunca funcionara. Aprendí la lección, creo que odio el amor.
—Tampoco es tan malo.
—Lo es, te ilusionas con una vida falsa.
Me daba tristeza verla de esa forma, pero compartía sus opiniones sobre el amor.
—¿Es la primera vez que te enamoras?— Pregunté.
—No me enamoré de ti, solo me importabas. Y contestando a tu pregunta, nunca estuve enamorada.
—Yo igual.
— Lo único que aprendí desde que llegué aquí es que no hay una segunda vez.
Y así pasaron las horas, y la noche se presentaba. Pero me faltaba algo, me urgía decirle algo.
—Bueno, creo que ya te vas...— Dijo Sara con intención de despedirse.
—No sé ni dónde iré.
—¿Y la realidad?
—No puedo volver.—Baje la cabeza.
—¿Por qué?
—Larga historia...
—Entonces nos vemos mañana, adiós.— Se despidió pero no respondí.
—Sara.
—¿Qué?
—Dijiste que la segunda vez aquí no existía.
—Sí, ¿Por qué?
—Te equivocas.
Me acerque a ella sin dudarlo, sin temor. Puse mi mano en su mejilla, sentí su nerviosismo pero su valentía... Sentí sus labios con los míos, e hice lo que siempre quise y nunca pude.
Me sentía único. Solo yo y ella, besándonos encima de una piedra, un bosque y del mundo que está encerrado en mi mente.
¡Continuará!
ESTÁS LEYENDO
Eres Mi Motivo Para Soñar. (Exorinha)
Fanfiction-Regla Numero 1: No enamorarse -Dijo mi guía de sueños llamado Luh. -¿Enamorarme? -Pregunté. -¡Si! Eso no será un problema ¿No? -Pues creo que no... creo.