Eres Mi Motivo Para Soñar. (Exorinha)

Capítulo 23

  De un momento a otro, nos quedamos dormidos los dos.
  Apenas cerré mis ojos y sentí paz. Solo veía negro a mi al rededor. Eso me hizo reflexionar, "¿cuándo fue la última vez que me sentía tan relajado mientras dormía?" me preguntaba. Pero al parecer no era un simple sueño...
  Cuando solo escuchaba el silencio absoluto, bruscamente sentí unas voces en mis oídos. Las cuales poco a poco iban aumentando. "Sueños", "Soledad", "Muerte", eran las 3 palabras que se repetían constantemente. Cada vez era más desesperante. Intentaba moverme pero era inútil, las voces me partían los oídos.
  Entre medio de esas 3 palabras había una más, pero solo escuchaba las letras "a" y "o", no llegaba a distinguir cuál era esa palabra entre tantas voces.
  Mientras escuchaba todos esos ruidos en mis oídos, sentía poco a poco como temblaba todo mi al rededor. Era Laura, que intentaba despertarme

—¿Estás bien?— Preguntó preocupada.
—Si... ¿Pasó algo?
—Ya tenemos que bajarnos. Me preocupaba que no podía despertarte.
—Lo siento, no duermo hace tiempo.
—Será mejor que bajemos, antes de que nos bajen.
—Sí...

  Fuimos en busca de la casa de Gona, que me había pasado su direccion por el móvil. Estábamos un poco perdidos, ya que no conocíamos la ciudad.
   Luego de unos minutos de búsqueda, por fin llegamos a la casa.

—¿Aquí es?— Dijo Laura, algo desconfiada y poniéndose detrás de mi.
—Si no me equivoco, se supone que sí.

  Estaba algo nervioso, además por verlo a Gona luego de mucho tiempo, también por lo que podría pasar. Si todo salía bien, Luh volvería al mundo de los sueños y le pediría liberarme de ello. No quería volver a estar ahí.
  Laura y yo nos acercamos para tocar el timbre y esperar pacientemente que nos atendieran.

—¿Hola?— Preguntó Gona mientras abría la puerta.
—¡Gona!— Exclamé con alegría.
—¡Exo!— Dijo él, mientras nos dábamos un cálido abrazo,luego de mucho tiempo.
—Por fin, luego de tanto, pude verte.
—Me alegra muchísimo verte tío, pero...— Aparto su mirada de mi, para verla a Laura— ¿Ella quién es?— Preguntó muy extrañado.
—Ah, cierto, ella es Laura, una amiga que conocí en el instituto.
—Hola...— Saludo ella, tímidamente.
—¡Hola!— Respondió él— Veo que no pierdes el tiempo, eh— Dijo susurrandolo en mi oído, haciendo que Laura se ponga roja al escucharlo.
—¡Callate, gilipollas!
—Jaja, luego me lo contarás... Bueno, ¡Bienvenidos a mi casa, pasen y siéntanse cómodos!

  Ambos dejamos nuestras cosas, y nos fuimos rápidamente a la cocina. Al parecer Gona estaba cocinando algo, además que teníamos mucha hambre luego de viajar tanto.
  Después de esperar a que nos haga nuestra comida, los tres nos sentamos en el comedor.

—Y bueno, ¿ahora me puedes explicar cuál es el motivo por la cual necesitas mi ayuda?— Me preguntó Gona mientras comía.
—A mi también me gustaría saber.— Dijo Laura.
—Está bien, creo que llegó el momento de deciros todo...

  Les expliqué de todo lo que viví durante este tiempo, sobre el mundo de los sueños, de Luh, hasta de Sara. Todo de forma muy resumida.

—¿Entonces se supone que yo te ayudaré en encontrar tu imaginación más profunda?— Preguntó Gona muy confundido.
—Se supone que sí, pero no sé realmente qué pasará al final...
—Dios mío, es mucha información.
—Sé que es algo demasiado tonto y loco. Si quieres lo hago solo, no es necesario que te metas en todo esto.
—No, no, no...— Me interrumpió— No te voy a dejar solo en esto, te ayudaré, eres mi mejor amigo y no quiero dejarte solo en esto. Además, puede ser divertido.
—Andrés, no estás solo en esto, podrás contar con nosotros siempre.— Dijo Laura, poniendo su mano en mi hombro y haciendo una sonrisa que me daría mucha calma.

   Poder estar con ellos en ese momento me dio mucha confianza. Estaba muy ansioso y nervioso en darle fin a aquello, que se suponía que me iba a dar paz y solo me llevó a más conflictos. Estaba listo para darle un fin al mundo de los sueños.

¡Continuará!