Al día siguiente por la mañana, alguien había tocado la puerta.
—Puede pasar.— Respondí.
—¡Holi!— Abrió la puerta Laura, me había olvidado de que ella iba a visitarme.
—¡Laura! Perdón por estar tan desarreglado.— Dije nervioso y avergonzado.
—No te preocupes, yo tampoco vine tan arreglada.
—¿En serio? Te ves hermosa.
Se sorprendió por lo que le dije, y noté como su cara se ponía cada vez más roja.
—Gracias.— Bajo la mirada y tragó saliva.—¿No tienes hambre? Te traje unos pastelillos.— Se sentó junto a mí en la camilla.
—Oh, gracias.— Agarré un pastelillo y empecé a comer.
—Te has recuperado muy pronto por lo que veo.
—Realmente no era un estado de coma, más bien era como un desmayo.
—Lamento no poder hacer nada en ese momento.
—No tienes que lamentarte, ahora estoy bien y eso es lo que importa.
—Exo, me importas muchísimo.
—También me importas, pero no dejaría que te lastimaran.
Ambos, en tan poco tiempo, nos queríamos demasiado. Encontrábamos una conexión inexplicable.
—Oye, ¿Crees que ya encontraste en el mundo, esa persona que tanto soñaste?— Pregunté, haciendo referencia a la frase que me dijo Sara.
—Cuando conozco gente nueva, pienso que va a ser la persona que tanto deseé, pero siempre me defraudan. ¿Y tú?
—¿Yo? Pues, la verdad nunca pensé cómo sería mi "persona ideal", puede ser que ya me encontré con él o ella, pero nunca lo supe.
—Hay personas afortunadas que se encuentra con su "alguien ideal". También hay personas despistadas que no se dan cuenta de que esa persona están en sus narices.
—¿Y qué tipo de persona eres?
—Creo que ambos somos personas despistadas.
Por unos segundos, un silencio se apoderó de la habitación.
—Creo que ambos todavía no sabemos qué es la "persona ideal".— Contesté.
—Conocimos demasiada gente para saberlo.
—Tu conociste. Sabes que no soy bueno haciendo amigos.
—¡Vamos Andrés, despierta! ¿Cuánto más vas a tardar en decírmelo?
—¿En decir qué? Laura, sabes muy bien que solo te veo como una amiga
Otro silencio se adueñó del lugar.
—Tienes razón, fui yo que malinterprete las cosas. Lo lamento mucho.—Se fue de la habitación con lágrimas en los ojos.
—¡No Laura, espera!— Ya era tarde.
Intenté bajarme de la camilla, pero era inútil, aún estaba algo dolorido.
Me rendí y caí vencido en la camilla.
Esa situación me hacía recordar mucho a Sara y nuestras discusiones.
Luego de unos minutos, empecé a escuchar sonidos extraños en el baño, la luz se apagaba y se encendía sola. Me levanté nuevamente, y como pude llegué hacia el baño.
Al entrar no noté nada raro.
—¡Oye, aquí!— Dijo alguien en el espejo.
—¡¿Luh?! ¿Qué coño haces aquí?
—Necesito que me ayudes.
—¿Pero cómo quieres que te ayude?
—Tú sabes muy bien cómo ayudarme. Tengo que irme, te veré en el otro mundo.— Se apagó la luz, y él desapareció.
"¿Ayudarlo? " Pensé. Los sueños aún me traen problemas...
¡Continuará!
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Eres Mi Motivo Para Soñar. (Exorinha)
Fanfic-Regla Numero 1: No enamorarse -Dijo mi guía de sueños llamado Luh. -¿Enamorarme? -Pregunté. -¡Si! Eso no será un problema ¿No? -Pues creo que no... creo.