Todo era confuso y cada vez peor. Necesitaba explotar.
Los días largos en el hospital pasaron y por fin volví a mi casa, a mi habitación.
Necesitaba un lugar cómodo porque las cosas que me pasaban ya me rayaban más la cabeza.
Me tire encima de la cama cansado de la incómoda camilla y extrañado a mi cómodo colchón.
Evitaba quedarme dormido, no quería volver. Tenía ese miedo de no saber lo que me encontraría.
Mire hacía la pared que estaba a mi derecha cerca de mi cama, internado reflexionar y preguntándome "¿En qué me metí?"
— ¡Exo! — Escuché en medio del silencio.
Volteé rápidamente, pero no había nada ni nadie.
Espere unos segundos. Era inútil, no veía nada extraño.
Supuse que era mi imaginación que cada vez estaba más rota.
Volví a mirar la pared de la derecha y hacerme el doble de preguntas.
— ¡Exo! —Escuche otra vez, pero lo ignore. — ¿Eres tonto o qué?
Volteé otra vez. Era ella, Sara. Parada al lado de mi cama.
Rápidamente me senté del susto.
— ¡¿Qué haces aquí?! — Pregunté asustado.
— ¿No es obvio? Por las cosas que están sucediendo.
— ¿Cómo sé que no eres otra Sara de otro tiempo?- La mire a los ojos intentando intimidarla, y a la vez pedir ayuda de la desesperación.
— ¿De qué hablas?
—No sé, tú sólo dímelo.
Ella suspiró- Supongo que ya te enteraste de todo.
—Ya no sé cómo controlar esta situación. — Dije con un nudo en mi garganta pero sin dejar de mirarla con mis ojos a punto del llanto.
—Sé que es difícil, pero...
— ¿Difícil? —La interrumpí—Tú me metiste en esto, tú eres la responsable de que esté así. Estoy volviéndome cada vez más loco.
—Sí me dejaras explicarlo te lo diría.
—Ahora resulta que soy el dios del mundo de los sueños pero no del todo porque tú me llevaste a ese mundo ¿Es así?- Cada vez me alteraba más.
— ¡Déjame explicártelo!
— ¡No, no lo hagas. Sólo quiero que te vayas y que se borren todos mis recuerdos sobre ti y ese mundo de mierda!
Me acosté dándole la espalda a ella. No podía mirarla un segundo más.
Sara con cuidado y silencio se acostó también a mi lado.
— ¿No dije que te vayas?— Pregunté con enojo.
—Intentaba ayudarte.— Respondió con voz quebradiza.
— ¿Ayudarme con qué?
—Sabía que la estabas pasando mal aquí, e intente ayudarte un poco con los sueños. Pero todo se me fue de las manos.
— ¿Tan importante era para ti?- Volteé mirando al techo.
—Lo eras y lo eres. Es estúpido porque nunca te hablaba en el instituto, no sabías de mi existencia. Pensé que la única forma de estar en tu mente era entrar en tus sueños. Y por más que tuvimos muchas peleas, con sólo mirarte me siento viva otra vez. —Giró su cabeza para mirarme.
—Eres un psicópata.
—Lo sé. —Suspiró.
— ¿Y por qué un guía de sueños? ¿No era más fácil enamorarme de ti sin él?
—Eso fue creación completamente tuya. Un lado de ti lo hizo para controlarte y no quedes como estas ahora.
—Entonces ¿Nunca pensaste en lo que me podía pasar?
—Admito que fui muy egoísta. No pensé en las consecuencias que sufrirías.
Yo sólo suspire profundamente.
—Lo lamento.— Dijo abrazándome y apoyando su cabeza en mí pecho.
—Supongo que ahora tendremos que buscar la manera para encontrar a Luh. —Dije.
—Ya te lo dijeron las otras Saras, necesitas buscarlo en lo más profundo de tu imaginación.
— ¿Pero cómo llego hasta ahí?
—No lo sé, necesitas concentración e inspiración. ¿No conoces algo o alguien para que te ayuden?
—Creo que sí.
Rápidamente agarré mi celular y marqué el número de Gona.
¡Continuará!
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Eres Mi Motivo Para Soñar. (Exorinha)
Fanfiction-Regla Numero 1: No enamorarse -Dijo mi guía de sueños llamado Luh. -¿Enamorarme? -Pregunté. -¡Si! Eso no será un problema ¿No? -Pues creo que no... creo.