Salí de la casa, y busqué a Sara por todos lados, por toda la ciudad, pero ella no aparecía.
Me preocupa, y mucho. El tiempo se me acababa. Luh dijo que en la tarde regresaría a la realidad.
Me rendí, "¿Así de fácil?" Pensarán. Pues sí, me daba por vencido.
Decidí volver la casa de Luh, pero me llevaría una sorpresa.
Al entrar notaba algo raro, todas las luces estaban apagadas.
Subí hasta la habitación, y al entrar me encontré con un sujeto que estaba jugando en el ordenador.
-¿Hola?- Dije, y el volteo.
-¡Hola!
-¿Quién eres?
-Soy Lucifer, tu guía de sueños.
-¿Lucifer? Vaya nombre.
-Si no me equivoco, te tendrías que ir en unos minutos.
-¿Dices ser mi guía de sueños?, Pero ya tengo uno.
-Seguro hablas de Luh, el ya no es tu guía.
-¡¿Qué?!
-Lo despidieron, rompió muchas reglas.
-¡¿Lo despidieron?! ¿Qué reglas rompió?
-Pues, te dijo que puedes enamorarte, lo cual está mal.
-Qué más.
-Y, nunca te permitió soñar.
-Pero estamos en un sueño.
-Estamos en un mundo. Los sueños van más allá de eso, son dimensiones con mucho más que un simple mundo. Seguro no recuerdas tu última pesadilla.
-Estoy algo confundido.
-Te entiendo, luego te lo explicaré. Ahora tienes que regresar.- Se acercó a mí, y me pellizco.
Así es, volví a la realidad.
Al despertar vi que estaba en una habitación de un hospital.
Mis padres se durmieron sentados a mi lado.
-¿Papá, mamá?- Dije, y ellos despertaron.
-¡Hijo!- Ambos me abrazaron con alegría.
-¿Cuánto tiempo estuve dormido?
-Un par de horas. Pero eso ya no importa, lo importante que estás bien- Dijo mi madre aliviada.
-No fue nada, solo unos golpes.
Y así fue esa noche hasta el amanecer, no había más que hacer, solo hablar con mis padres.
Todo estaba bien, hasta que me comentaron una noticia muy sorpresiva.
-Hijo, tenemos que decirte algo.- Dice mi padre.
-¿Qué pasa?
-Ya que tuviste estos problemas con este chico el instituto y que me promovieron en mi trabajo, decidimos mudarnos a otra ciudad.
No sabía cómo reaccionar, siempre deteste la ciudad donde vivía. La única persona que me importaba era Laura.
Pero no iba a decir que no mis padres.
-¿Te gusta la idea?- Me preguntó mi madre.
-Eh, sí sí. Me encanta la idea.
-Que bien, pensaba que no te gustaría.
No mentía al decir que me encantaba la idea, pero quería seguir siendo amigo de Laura.
-¿Estás bien? Te noto pensativo- dijo mi padre.
-Sí, solo necesito ir al baño.
-Si quieres te ayudo.- Se preocupó mi madre.
-No mamá, yo puedo ir al baño solo.- Dije entre risas.
Fui al baño, y me moje el rostro.
En ese momento la luz se apagó sola. Fui rápidamente a encenderla.
-¿Seguro que no puedes ir al baño solo?- Dijo Sara que apareció en el espejo del baño.
-¡Joder, que puto susto!
-Tan fea no soy.
-¿Qué haces aquí?
-Vine a verte, gilipichis.
-¿Sigues siendo un guía de sueños?
-Algo así.
-¿Y la pelea que tuvimos, ya la olvidaste?
-No, sigo molesta contigo.
-¿Entonces a qué vienes?
-¿Sabes dónde está Luh?
-Yo que sé tía, eres tú la que vive ahí. Pero si lo ves, dile que deje de hacer esa broma con ese tío llamado Lucifer.
-¿Quien es Lucifer?
-Dice ser mi guía de sueños, ya que a Luh lo despidieron.
-Oh no, tengo que irme ya.-Dijo Sara preocupada y desapareció del espejo.
¡Continuará!
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Eres Mi Motivo Para Soñar. (Exorinha)
Fanfiction-Regla Numero 1: No enamorarse -Dijo mi guía de sueños llamado Luh. -¿Enamorarme? -Pregunté. -¡Si! Eso no será un problema ¿No? -Pues creo que no... creo.