Ghost of love
Capítulo siete
Frustración
Dante.
Comencé a narrarle la historia detrás de mi suicidó y todo lo que había experimentado al convertirme en fantasma. Resultó ser muy buen público, jadeaba en los momentos apropiados y sonreía cuando algo la emocionaba.
Su sensibilidad era asombrosa.
—¿Qué pensaste cuando te disté cuenta de que estabas muerto?— preguntó de repente.
¿Qué pensé? Que buena pregunta.
Me encogí de hombros. Era muy difícil responderle, porque lo que yo recordaba no era nada impresionable.
Recuerdo que estaba atónito,mirando mi rostro pálido contra el suelo; recordé mi reflejo en el espejo que había junto a la cómoda. Yo era traslúcido y mi ente estaba fuera de mi cuerpo y no lograba comprenderlo...y sentí miedo...yo fui un cobarde que no quiso enfrentarse solo a la vida y cuando morí tuve miedo de seguir adelante... Pero no podía contarle eso... ¿verdad?
—Por favor...quiero saber — insistió.
"No es...agradable — suspire,incapaz de negarle lo que me pedía —. Para empezar,estás solo. Cuando mueres no hay nadie ahí contigo, ni ángeles, ni parientes muertos, solo tu triste alma..."
Christine esperaba algo emocionante y no quería defraudarla, le conté lo que había sido pasar doscientos años sin molestarme en cubrir las necesidades de un cuerpo físico. En todo éste tiempo no había sentido hambre, ni sed y jamás volví a sentir el cansancio por lo que nunca volví a dormir. A veces cerraba los ojos y la oscuridad resultaba tan intensa como los colores de la vida misma; y aún así ya no recordaba lo que era tener sueño o estar dormido o despertar después de un agradable descanso, ya que mi espectro no se fatigaba, por otra parte, no tener cuerpo tenía sus ventajas; podía atravesar cualquier objeto por sólido que fuera, no existía una puerta cerrada que me impidiera el paso. Y otra cosa. ¿Cuántas personas soñaban con volar? Y yo flotaba la mayor parte del tiempo.
Sin embargo no todo era tan maravilloso, esos doscientos años eran el mismo tiempo que llevaba sin sentir la suave brisa en mi cara,era el mismo tiempo que llevaba sin disfrutar del delicioso sabor de una manzana, ya no degustaba un buen vino,ni una buena comida y a veces lo echaba de menos.
El tiempo se nos fue en un abrir y cerrar de ojos,estaba tan concentrado contándole mi experiencia en el mundo espiritual que la luz de la luna comenzó a bañar la sala.
La joven se puso de pie y encendió las luces artificiales que brillaban en el techo como pequeños soles; yo continuaba sentado en el piso parecido a una brillante telaraña, tan brillante que parecía un espejo.
A mí me gustaba esa habitación, las remodelaciones que hizo el padrastro de Christine trajo mejoras a la finca.
Los grandes ventanales que circundaba la sala,dejaban entrar la luz de la luna que se reflejaba en el suelo, provocando que este lanzará destellos plateados gracias a su peculiar forma, logrando que al caminar de noche por esta habitación pareciera que lo hacías por una telaraña de verdad.Después de inundar la habitación con aquella luz tenue, Christine regresó y se sentó a mi lado espectante.
—¿Miraste la luz?— sus preguntas siempre me confundían y me tomaban por sorpresa.
"¿La luz...?"
¿De qué estaba hablando? ¡Ella había encendido esos pequeños soles que brillaban dentro de la casa durante la noche! ¿Cómo no iba a mirarla? Si para mí eran mucho más brillantes que para ella.
—He oído comentarios antes...
Era obvio que no iba a dejarlo; de pronto su rostro se transformó, se puso sería.—Dicen que cuándo una persona muere puede ver una luz que lo llevará al lugar de su eterno descanso.
Aaah... esa luz.
Me sorprendió el cambio de tema. ¿Cómo responder a esa pregunta? Hacia tanto tiempo de eso que la luz por la que preguntaba ya no la recordaba; ¡ni siquiera recordaba haberla visto! De ese momento solo recordaba mi cuerpo innerte, mi rostro pálido en contraste con el rojo carmesí de mi sangre derramada en el suelo.
—¿Qué pasa cuando uno muere? ¿Hay otros como tú aquí en la finca? ¿A dónde van? ¿Porque no todos vuelven? — insistía. Y no lograba entender el por qué de su interés —. ¿Por qué te quedaste?
"No lo sé todo" — le dije con tristeza — " No puedo contestar esas preguntas" — musite extendiendo las piernas,más por reflejo que por otra cosa.
—Pero estas muerto — masculló de nuevo.
Suspiré.
"Pero yo no sé de los secretos de la muerte, desconozco sus alcances, lamento no ser de más ayuda — me excuse, al mismo tiempo que intentaba sujetar su mano, de su garganta salió un débil chillido acompañado de un sobresalto.
Se apartó de mí sin que yo pudiera hacer algo para evitarlo.
—Perdón...— se disculpó poniéndose de pie.
"No,yo... no debí"...
—Lo siento... — musitó — Es que ha sido algo tonto. Por un momento tuve la sensación de meter la mano en un cubo lleno de agua fría.
Por supuesto. ¡Pero que tonto soy!
Sus labios se curvaron en una suave sonrisa dejándome embobado.
En ese momento la puerta se abrió de
golpe.—¡Gracias a Dios! Aquí estás, ¿Qué estás haciendo aquí Christine?
Me evaporé en cuanto entró Benjamín.
Por un instante sentí temor de que ahora él también pudiera verme.
—Yo... — su carita se lleno de desilusión al no poder mirarme de nuevo.
—Vamos tienes que descansar, no puedes descuidar así de esta manera tu salud — el hombre la apuro a salir del salón. Y antes de apagar la luz echó un último vistazo para asegurarse de que no había nadie más ahí, después fue tras de Christine, su comentario me intrigó, ahora yo tenía preguntas para ella.
La puerta se cerró mientras yo contemplaba mi reflejo, sin lugar a dudas, la cara de frustración que me contemplaba desde el espejo seguía siendo la mía.
Me agradaba su compañía, quería pasar más tiempo con Christine.
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Ghost of love
ParanormalRomance oscuro Dante: A las afueras de la ciudad hay una finca llamada La Herradura... en ruinas,vacía y oscura. Por años permaneció abandonada,hasta hoy... Deja que te cuente mi historia,mi nombre es Dante o lo era,ya que hoy soy un fantasma. Y tod...