Carta VIII

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Luego de nuestra primera vez, no quería otros cuerpos, tenía en mi mente solo un cuerpo, solo tenía tus gemidos en mis oídos y la inocencia entré mis recuerdos, te tenía a ti y solamente a ti.

En eso no te mentí, te quería a ti en mi cama, entre mis sábanas. Quería seguir siendo el único entre tus piernas, y lo cumplí, era un deseo un tanto machista y así fue como regrese a ti.

Un mal inicio, uno pésimo se ha de decir.

Veo, veo muy bien que mis intenciones contigo nunca fueron buenas, maldito y vil canalla que fui.

Sabes que tengo un pasado, uno tétrico que me consume, y no me aferró a él para intentar convencerte, pero quién con un pasado como el mío puede creer en el amor ¿Quién? Creó que nadie, y sin embargo aquí estoy yo, creyendo en uno que perdió.

Daniel.


(***)




Después del Adiós. (#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora