Carta VII

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Es el día una pesadilla, es ése anillo sobre mi escritorio el tormento de mi melancolía, ya no eres mía, y no volverás hacerlo nunca.

Recuerdo la primera vez que estuvimos juntos, fui tan canalla y vil, no te respete a como merecías, era el primero, pensé qué así también sería el último.

Me he equivocado, lo hecho muy bien en esta patética vida, aunque más patético he sido yo al perder a la mujer que me quería.

Amarte fue complicado, y me he dado cuenta que lo hacía demasiado tarde. Eras una apuesta que gane, de la cual me sentía orgulloso de mantener a mi lado.

Cariño, tú me cambiaste la vida... aunque así no lo parecía.

Me acople tanto a ti, a tu comida, a tus risas por cosas sin sentidos, me acostumbré a tu compañía, y ese fue el error; viví contigo por monotonía.

Perdóname amor, sé que no merezco ni siquiera intentar algo que no me merezco, pero sabes que soy persistente, y yo te amo como un demente.

Un melancólico, Daniel.

(***)

Después del Adiós. (#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora