Carta IX

604 50 2
                                    

Luego de estar insistiendo por un tiempo aceptaste salir conmigo, fue el inicio de la apuesta, fue el inicio de tu sufrimiento, cariño como lo lamento, lo lamento a un alto nivel. A uno en donde si fuera posible regresaría el tiempo y me detendría, regresaría todo con tal de que nunca me hubieras conocido, aún así eso signifique que jamás te hubiera conocido, aun así eso hubiera significado que te perdiera.

Fue fácil aceptar la apuesta, tendría beneficios, necesitaba graduarme, necesitaba el dinero para la puta de mi madre, sabes que esa mujer es el desastre, sabes que la odio por tanto daño que me causo, si no fuera por ella mi actuar fuera diferente, hubiera sido diferente, pero su maldita mente retorcida me traumo, me asesino emocionalmente.

Y tú pagaste por ello, perdóname por ser tan defectuoso, por no ir al psicológico cuando querías mi bien, cuando te preocupabas por un pasado que no te dejaba ser feliz. Perdón por dejar que eso consumiera la poca felicidad que te daba...

Como decía, estar contigo me traía beneficios, muchos. Y entré ellos era alejar a todos de lo que era mío, y solamente mío. No quería que nadie más tuviera tu inocencia, que nadie disfrutará del hermoso cuerpo y del sonar de tu éxtasis.

Por eso, por esa maldita apuesta fue que mate a un ser indefenso.

Un arrepentido Daniel.

 

(***)


Después del Adiós. (#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora