Carta XV

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He perdido el vuelo, me he quedado dormido pensando en ti, y tuve el mejor sueño de mi vida.

Tú estabas caminando de mi mano y yo llevaba a nuestro hijo entre mis brazos, fue realmente bello.

Y siempre voy a recordar eso, no me importa haber pedido el vuelo, no importa si soñé algo tan precioso.


(***)


Un llamado en la puerta hizo que dejara de redactar la carta.

Se levantó un tanto perezoso y desganado.

Le estaba contando a ella ese precioso sueño, tenía que seguir con su historia y lo real que se sintió de nuevo.

Abrió la puerta sin ni siquiera ver quien era.

— Andrea... — susurro impresionado.

¿Cómo sabía ella dónde vivía?

Pero al observarla detalladamente toda pregunta dejo de tener sentido para él, lo único que estaba empezado a formarse en su sistema era la viva cólera, y las ganas de asesinar a alguien de una manera muy despiadada, estaban tomando forma en su mente.

Tenía el labio partido, éste le sangraba, su ojo derecho estaba morado y su cabello estaba alborotado, su pequeño hijo estaba entre sus brazos envuelto en una sábana delgada, su respiración era pausada, estaba durmiendo, pero ella estaba en un pésimo estado.

Sollozaba sin control alguno, su cuerpo temblaba, sus ojos estaban hinchados y rojos al igual que su nariz.

¡¿Que le había sucedido?! ¡¿Que le habían hecho?!

— Da...Daniel — susurro entre un hilo de voz antes de lanzarse hacía él con desesperación.

Lo tomó por sorpresa, pero luego de unos segundos le abrazo por los hombros mientras sus manos recorrían su espalda con un vaivén delicado.

—Ya cariño, ya estás bien — le susurraba con ternura mientras ella seguía sollozando entre su pecho.

Luego de unos minutos la cogió como recién casados y cerró la puerta con un pie, tuvo cuidado de no lastimar a su pequeño ya que ella aún seguía aferrada a él.

La llevo a la habitación, la recostó en la cama con delicadeza.

De primero la relajaría y luego haría que le contara que había sucedido, se estaba formando una idea en su mente y en cuánto supiera la verdad al 100% estaba seguro que sangre correría ese día.


(***)


Después del Adiós. (#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora