Revancha por tu amor

Capítulo 8 .- Desconcertante Sorpresa.

Los personajes que aparecen aquí son obra de la gran Naoko Takeuchi, la historia es creación de mi loca imaginación.

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—Andrew... —Gruñó Darien impaciente ante el silencio del que consideraba su mejor amigo.

—Ya lo sé, sé que has concluido tu venganza y ahora no quieres saber nada mas de esa familia pero... —Andrew se quedó callado haciendo que Darien comenzara a desesperarse.

—Habla... ¿Qué es lo que tengo que saber? —Exigió molesto Darien por la manera en la que Andrew estaba manejando aquella información.

—Serena está hospitalizada... Ella, bueno según su expediente se especifica que sufrió una caída... Pero Lita, la enfermera que la está atendiendo dice que parece, violencia domestica—Explicó Andrew.

Darien apretó los puños con fuerza.

—Llego hace un par de horas... Estaba inconsciente —Siguió explicando Andrew.

—Gracias por avisarme — Respondió Darien para colgar de inmediato, sin escuchar lo que Andrew aun decía.

Serena y Diamante eran tal para cual, pero no podía evitar sentir hervir su sangre ante lo que estaba ocurriendo y meneando la cabeza, disgustado consigo mismo tomo su saco y salió apresurado de su oficina.

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Cuando Darien llego al hospital no le fue difícil dar con la habitación de la rubia, se debatía interiormente si debía o no ver a Serena, pero antes de tomar una decisión se detuvo al escuchar que alguien hablaba en el interior de la habitación, así que se quedó ahí, escuchando lo que ocurría adentro.

—Si querida, yo también te extraño preciosa —Se escuchaba decir a Diamante —Si, lo sé. Es solo que mi esposa está hospitalizada... —Seguía hablando Diamante, Darien frunció el ceño ante las palabras de Diamante, sin entender —Si, en cuanto puedo paso por allá... Si, si preciosa... —De pronto la voz de Diamante fue interrumpida por otra.

—Estas bromeando verdad —Dijo la voz de Serena, aunque se escuchaba bastante pastosa y adormilada —Estas hablando con tu amante enfrente de mi... Has llegado a lo más bajo Diamante.

—No te pongas así... Ella me da todo lo que tú no me has dado... Ella es indispensable para mí —Explicó Diamante.

—Entonces vete con ella... Lárgate de aquí —Pidió Serena con indiferencia.

—No creo que este bien que te deje —balbuceó Diamante.

—Quiero estar sola... —Dijo ella con indiferencia.

—Regresare pronto —Dijo finalmente Diamante luego de pensarlo un poco.

—Por mí no vuelvas nunca —Susurró Serena mientras Diamante se acercaba a ella y depositaba un beso en su frente.

Darien se giró rápidamente buscando donde meterse antes de que Diamante pudiera verlo, para su suerte, la habitación de a un lado estaba abierta y desocupada, Darien se metió y entrecerró la puerta lentamente.

Cuando miro como Diamante pasó de largo sin siquiera mirar en su dirección, salió de la habitación aun indeciso pensando si debía entrar o no donde la rubia, pero nuevamente antes de que tomara una decisión una castaña enfermera se le adelanto, pasándolo de largo y metiéndose en la habitación de la rubia.