Epílogo.

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Los personajes que aparecen aquí son obra de la gran Naoko Takeuchi, la historia es creación de mi loca imaginación.

Prohibido copiar, transcribir, alterar, almacenar o publicar esta historia en cualquier plataforma o grupo, sin mi autorización previa y por escrito.

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Un intenso gemido salió de sus labios mientras se retorcía presa del placer que en esos momentos sentía, Serena se encontraba demasiado sumergida en el placer que Darien le estaba proporcionando como para intentar controlar aquellas reacciones.

Darien dejo su cuello lentamente dirigiéndose hacia abajo, dándole pequeños y húmedos besos en el camino, cuando por fin llego a su cometido, uno de sus pechos, beso mordisqueando y lamiendo su pezón endurecido, en el proceso se metió entre las piernas de la rubia, sujetando sus caderas para acercarla un poco más a su cuerpo. Serena pudo sentir perfectamente el deseo de Darien por ella entre sus piernas y suspiró fuertemente ante el contacto.

De pronto, Serena no supo bien lo que paso, un momento tenía a Darien sobre ella proporcionándole un placer delicioso y al siguiente, estaba sola y respirando con dificultad.

―¿Qué pasa mami? ―La voz de Endimión la hizo dar un pequeño gritito, ahora entendía por qué Darien la había abandonado tan precipitadamente y en el proceso acomodado su camisón.

―Nada amor ―Dijo mientras sentía como enrojecía con violencia. Dios, que su hijo la viera de aquella manera no era algo que esperase.

―¿Por qué estas levantado Endimión? ―Preguntó Darien con voz dura.

―Es que... Es que... No podía dormir ―Balbuceó el pequeño ―Andy dijo... ―Hizo una pequeña pausa. Serena se sentó en ese momento pensando que le habría dicho el pequeño de Andrew y Lita a Endimión. Los dos niños se habían vuelto buenos amigos, a pesar de que Andy era casi un año menor que Endimión ―Dijo que cuando... cuando los papis gritan, ya no tienen que vivir juntos ―Explicó el pequeño con el ceño fruncido y haciendo una pequeña mueca con los labios.

Serena no comprendió nada, y al parecer tampoco Darien ya que se levantó de la cama para después agacharse a la altura del niño.

―¿Y por qué te dijo eso? ―Preguntó Darien al pequeño, pero el niño en vez de responder dijo.

―Es que yo no quiero que ustedes ya no vivan juntos ―Dijo con pesar.

Serena estaba segura de que Darien y ella nunca se habían peleado, al menos no una pelea que estuviera llena de gritos, habían tenido sus diferencias como toda pareja pero estaba completamente segura que nunca habían llegado a los gritos y mucho menos estando cerca Endimión.

―¿Por qué dices eso...? Tu papito y yo no gritamos ―Dijo Serena.

―Si mami, yo los escuche anoche ―Dijo el pequeño, Serena frunció el ceño sin comprender y Darien le dedico una mirada que le dijo que él tampoco comprendía nada ―Tu le dijiste a papá... lii... li... libi... libinoso ―Dijo finalmente. Serena sintió que volvía a enrojecer con violencia mientras se atragantaba con su propia respiración.

La noche pasada había acusado a Darien de ser un libidinoso insaciable, pero jamás hubiera imaginado que Endimión habría escuchado sus... palabras.

―¿Qué es libinoso papi? ―Preguntó con curiosidad el pequeño mirando a Darien.

Darien soltó una sonora carcajada mientras levantaba al niño en brazos y lo conducía hacia la puerta de la habitación.

Revancha por tu amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora