Capítulo 19. - ¿Calma o tempestad?

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Los personajes que aparecen aquí son obra de la gran Naoko Takeuchi, la historia es creación de mi loca imaginación.

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Cuando Serena despertó, estaba envuelta en algo cálido y agradable, sus ojos se sentían extrañamente pesados, así que resistió el impuso de abrirlos con rapidez, a pesar de eso, podía notar la habitación iluminada y cálida. Unos segundos después quiso moverse un poco, pero aquello que la envolvía la tenía demasiado bien sujeta, evitando que siquiera moviera un poco los brazos, sus piernas estaban un poco más libres pero aun así sentía que la manta que la cubría la tenía presa de una manera extraña.

Haciendo un puchero y aun aturdida por el sueño, se rindió y abrió los ojos lentamente, la luz que estaba iluminando la habitación le hirió los ojos, haciendo que los entrecerrara para mirar detenidamente a su alrededor. Estaba en su habitación y al parecer era bastante tarde, por la luz mortecina que se filtraba por los cristales de la ventana.

Y entonces noto que era lo que le estaba impidiendo moverse; Darien estaba recostado a su lado, casi sobre ella, sobre las mantas, durmiendo profundamente y abrazándola de una manera posesiva con ambos brazos y con una pierna también.

Serena reparo en él, hermoso con el rostro relajado, pero evidentemente cansado, sus cabellos negros como la noche estaban revueltos, y en aquel momento reparo en su ropa, aun vestía el traje que se había puesto para la fiesta de la noche...

Como si le echaran una cubeta de agua fría, Serena se estremeció cuando los recuerdos de la noche pasada inundaron su cabeza, aquella noche que había comenzado de una manera tan prometedora, y la que ella había imaginado con mucha ilusión, al dar la media noche, igual que en los tontos cuentos de hadas, la magia se había acabado y se había llevado con ella, toda la felicidad que la había embargado hasta aquellos momentos.

Serena sintió como sus ojos se anegaban en lágrimas cuando las palabras de Diamante comenzaron a revolotear en su cabeza, aún no había tenido oportunidad para pensar en todo aquello, en todo lo que sus palabras significaban, solo había permitido que el dolor la embargara al comprender tantas cosas.

Le había contado a Lita todo lo que Diamante le había dicho, pero no se había detenido a pensar con claridad como todo aquello impactaría en su vida de ahora en adelante, de lo único que de momento que estaba segura, era de que aún no quería, ni podía hablar con Darien. Primero tenía que organizar sus ideas.

Se levantó con bastante esfuerzo, alejándose de la atadura de los brazos de Darien. Pero antes de que pudiera entrar en el cuarto de baño, como era su intención, Darien se levantó con un salto de la cama, para quedar muy cerca de ella.

―Serena ―Balbuceó completamente alerta y mirándola con una extraña ansiedad en los ojos ―Tenemos...

―Vete ―Dijo Serena sin más ―Vete, no quiero hablar contigo.

―Tienes que escucharme ―Gruñó Darien.

―No, no tengo, y no quiero hacerlo... así que ahora, largo ―Dijo Serena alzando ligeramente el mentón y señalando la puerta con su mano.

―¡Escúchame! ―Pidió Darien con desesperación.

―No, no quiero... cuando te lo pedí yo, no quisiste hacerlo, ahora no deseo hacerlo yo... Al menos aun no ―Dijo con un gruñido. No estaba muy convencida de no querer escucharlo, pero sabía que si lo hacía ahora, no tendría una opinión propia para saber qué era lo que pensaba al respecto ―Pero ahora que lo pienso, yo quiero decirte algo... Darien me metiste en muchas cosas, y aun no estoy segura como me siento al respecto, pero lo que si sé, es que estoy muy molesta en que me hayas dejado creer que tenías problemas económicos, cuando aquello no era verdad... Dime Darien, ¿Era algún tipo de prueba...?

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