Capítulo 18 .- Todo se rompe.

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Los personajes que aparecen aquí son obra de la gran Naoko Takeuchi, la historia es creación de mi loca imaginación.

Prohibido copiar, transcribir, alterar, almacenar o publicar esta historia en cualquier plataforma o grupo, sin mi autorización previa y por escrito.

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Darien Chiba miraba con atención a su alrededor, aquella gala en la que se encontraba estaba siendo un evento realmente prometedor, y esto aunado a la bella noche, agradable y cálida, daba un sentido de satisfacción.

Aunque estaba seguro de que la noche seria aún mejor cuando la compañía fuera otra... Cuando pudiera reunirse definitivamente con ella. Claro, con ella era con quien deseaba pasar el resto de la velada, con su hermosa rubia de ojos azules como el cielo.

Había asistido con Serena, pero para su pesar ahora ella se encontraba conversando divertida con Andrew, en lugar de que fuera él quien estuviera disfrutando de su compañía.

En cambio Darien, en aquellos momentos se encontraba frente a un hombre que hablaba de los beneficios de eventos como en el que ahora se encontraban, pero Darien no le prestaba demasiada atención, no podía evitar que sus pensamientos vagaran, no muy lejos, a unos cuantos pasos, donde se encontraba ella.

Un suspiro salió de su pecho sin siquiera darse cuenta, mientras se daba cuenta de que había perdido tanto tiempo por su arrogancia y egolatría. Ahora lo único que le quedaba era intentar compensar aquel tiempo perdido y sobre todo compensar a Serena por todo el daño que inconscientemente y tal vez también conscientemente le había infligido.

Había intentado todo esos últimos dos días para que confiara en él, para mostrarse como realmente quería ser con ella, lo que podía ofrecerle... Dándole un trato como el que había deseado muchas veces y sabía que de ahora en adelante así seria, cuidaría de ella y del hijo que ambos esperaban. Le daría todo lo que ella merecía y también le mostraría las cosas que ella nunca había mirado, le enseñaría lo que era una vida feliz... Juntos.

El paso de los días había sido realmente demoledor, el tenerla cerca, el no poder tocarla como deseaba, el no deber... El no deber amarla. Sabía que para aquello bastaría muy poco.

El verla al lado de Andrew había significado una tortura, su complicidad, el cariño que se iba acrecentando día con día... Si, había esta resentido de su mejor amigo, en algunos momentos aun lo estaba. Incluso ahora que le veía cerca de él no podía evitar sentir cierto malestar.

Si, aquellas sonrisas, sus miradas coquetas, aquello lo volvía loco, y estaba muy consciente de que también aquello mismo era lo que le había encantado en el pasado, a tal grado que había creído en las palabras de Kenji "será tuya" cuando muy en el fondo sabía que Serena no le pertenecía a nadie.

Ahora lo comprendía, un poco tarde tal vez pero lo hacía, ella no era una posición que tener o que adquirir; ella era una mujer, una apasionada y hermosa mujer con una pura y noble alma en su interior.

Pero entonces la había culpado a ella por el hecho de estar enloqueciendo, por que miraba como ella quería engatusar a otro hombre, con su encanto y sus sonrisas. Que idiota había sido.

Cada día a su lado le había enseñado un poco más de ella, un poco que cada vez le gustaba más, y aun que había temido sucumbir en un principio, aquellos miedos se habían ido. Aunque ahora lo embargan algunos muy diferentes.

Un profundo dolor lo invadió cuando recordó las palabras de la rubia "Solo quiero que sepas que eso no me importa, nunca me ha importado... Quiero seguir a tu lado" aquellas palabras, aquel consuelo que le había ofrecido, sin saber que él mismo se lo había buscado, él mismo había provocado el dolor que aquella noche lo llevó a embriagarse de aquella forma intentando olvidar, intentando que la culpabilidad desapareciera.

Revancha por tu amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora