Revancha por tu amor

Capítulo 3.- Interludio.

Los personajes que aparecen aquí son obra de la gran Naoko Takeuchi, la historia es creación de mi loca imaginación.

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Cuando bajaron de la enorme limusina, en el acceso de un complejo de departamentos, Serena pudo distinguir en la entrada ya, a la seguridad de Diamante, pero Darien les advirtió de inmediato que era lo máximo que podía estar cerca de ellos.

Serena no podía evitar pensar en la ironía de toda aquella situación mientras subían las escalerillas de ascenso al departamento... El amante y el esposo poniéndose de acuerdo para los planes y compromisos. No podía negarlo y aun que ella no lo hubiera escogido, Darien era ahora su amante.

Serena miro detenidamente a su alrededor en cuanto cruzaron el umbral de la puerta de entrada, de inmediato se podía divisar un pequeño salón que constaba de un juego de sofás obscuros, en el centro había una pequeña mesa de madera color chocolate y a la derecha empotrada en la pared había un enorme centro de entretenimiento. De pronto la voz de Darien la hizo voltear y detener la inspección que estaba llevando.

—Este departamento solo tiene una habitación, así que tendremos que compartirla —Dijo Darien con molestia, supuso Serena que era debido a no haber considerado aquello antes.

De prono Darien la tomo en brazos sobresaltándola ante su arrebato, sin decir una palabra atravesó el pequeño salón del departamento, hasta llegar a unas escalinatas, por las que Darien subió aprisa, que los llevaron directamente a, lo que supo ella era, la habitación que compartirían.

Cuando estuvieron en el centro de la habitación Darien la depósito con suavidad en el suelo, y sin previo aviso comenzó a besarla con frenesí. Serena no podía creer que le bastara un beso de Darien para derretirse en sus brazos.

El beso siguió apasionado y frenético, ni siquiera noto en que momento Darien la había sujetado contra la pared, pero de pronto fue levemente consiente de aquello, soltó su boca para ir dejando un rastro de besos por su mandíbula hasta llegar a su cuello mientras sus manos le subían lentamente el vestido hasta dejarlo en su cintura.

—Esto es para que sepas que nunca bromeo —Dijo Darien contra su boca justo cuando ella escuchaba la tela de sus bragas rasgarse. Serena sabía que debería estar indignada ante aquel comportamiento, pero no podía pensar en otra cosa que no fueran sus manos y su boca sobre ella. Le ansiaba con tanta intensidad.

Darien se deshizo del vestido, para después tumbarla en la cama con premura y de ahí en adelante Serena no fue consiente de nada que no fuera el cuerpo de Darien poseyéndola en todos los sentido en que ella podía imaginar que se pudiera poseer a una persona.

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—¿Y cuánto tiempo vamos a estar en Londres? —Preguntó Serena.

—Te dije que no hagas preguntas —Gruñó Darien sin apartar la vista del ordenador que se encontraba frente a él.

Estaban en el pequeño despacho del departamento en Londres, este era pequeño pero igual de lujoso que todo el departamento que era en su mayoría paneles claros que contrastaban a la perfección con el mobiliario obscuro. Apenas hacia un día que habían llegado ahí y Serena ya se sentía en un sueño, uno muy extraño, pero al fin y acabo un sueño, a momento se sentía una especie de esclava, en otros momentos totalmente incomprendida, para después sentirse completamente plena.