Undécima carta

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¿Alguna vez habéis pensado en el amar a alguien como algo que no podéis conseguir? Quieres pero no puedes... y la razón es tan... indescriptible, una razón que solo provoca una autodestrucción interna, que te va comiendo por dentro y llenando de angustia y pena. La razón es que no puedes amarle porque sabes que tú no podrás llevarlo, que acabará mal por ti, le quieres tanto que evitas amarle, le amas sufriendo todo esto dentro de ti... pero el amor que buscas, el imposible, es el mutuo. Pero... ¿Y cuando existe ese amor mutuo? Te ama, y tu le amas, pero no puedes porque solo sientes que va a acabar mal, por experiencia, por conocerte a ti mismo...
Es tan duro sentirlo... es tan duro que lo sienta...
No hay palabras para explicárselo, solo quieres que lo entienda, que sepa que le amas, pero deseas no tener que explicarlo. A la vez que le amas deseas no hacerlo, para tener menos oportunidades de hacerle daño, para dejar tu propio sufrimiento, tu autodestrucción...
Pero... ¿Y si explotas?¿Y si ya no puedes más? Cuando apsrece el llanto que detona esta bomba... es como buscar, de alguna manera, la libertad, terminar con todo, de una forma u otra. Amarle... intentarlo... sin el maldito miedo a que salga mal, y si sale mal... procurar hacerle el menos daño posible, recibiendo tu el máximo.
Y no amarle... alejarte de esa persona... pero para siempre, solo dejarle... no, solo escapar de esa prisión que te ofrece el amor hacia esa persona es lo que hace que no le ames... pero al escapar también dejas escapar todo el dolor hacia esa persona, que piense... que sienta que no te va a poder ver jamás... y finalmente ese pensamiento invade tu mente volviendo a ese estado de culpa que arremete una y otra vez contra ti, preguntándote porqué tomaste oa decisión de escapar, si era tan urgente hacerlo... tan necesario...
Solo en la inmensa culpa que te rodea, siendo culpable de no poder amarle, siendo culpable de ser un arma con el que puedas dañarle, siendo culpable de crear una maldición entre esa persona y tu...
Siendo culpable de ser un cobarde quizás, de ahogarte en tu prisión sin poder hacer nada, de dejar que pase todo mientras observas sufriendo...
Estoy condenado a vagar en la triste inmensidad que produce esa maldición de amar...

Un culpable...

El Amor En CartasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora