Capítulo 12: El Collar

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Esa misma noche, había llegado al lago, me senté en una roca y busque la luna. Había recordado las palabras que una vez me había dicho Jack. Si me sentía sola solo tenia que mirar a la luna pero esta vez, no había rastros de la luna, la noche era fría y oscura sin ella.

Ahora que lo pensaba bien la partida de Jack llegó como noche sin luna a mi vida. Una noche oscura que no me deja ver una salida, donde varios recuerdos vagaban fríos y amargos por el lago.

Si Jack no hubiera muerto ¿Estaríamos los dos juntos ahora? ¿Estaría riendo? ¿Estaría riendo de alguna broma que me hizo?. Exhale profundo, no quería llorar. Todo lo que quiero pensar es que el estará en algún lugar donde será igual de feliz como cuando estábamos los dos juntos, es solo que... me duele que yo no este igual, que a mi me duela, que yo recuerde.

Me levante de mi lugar y camine hacia la guarida, me senté hasta el fondo de ella, donde estaba la foto de Jack y yo pegada.

Observe entre las tinieblas que había dejado una manta ahí, la agarre y me tape con ella, apoye mi cabeza en la fría piedra de la cueva y cerré los ojos. Me imagine un mundo donde Jack todavía reía a carcajadas, donde los dos nos apoyabamos mutuamente, donde Jack seguía vivo. De repente el sueño me atrapo.

"Estaba caminado por un sendero que se abría entre la fría nieve a oscuras del bosque. La única iluminación que me permitía observarlo era la luna.

Estaba vestida con un largo y ampon vestido blanco, llevaba unos guantes de tela fina blanca desde las puntas de mis dedos hasta las muñecas.

Mientras iba caminando tenia el presentimiento de que tenia que encontrar algo, pero no sabia exactamente que, lo único que sabia era que el camino me guiaría hacia aquello a lo que buscaba.

Conforme seguía el camino de nieve que estaba debajo de mis pies observaba los arboles que estaban alrededor de este, repletos de nieve, la noche debería de ser fría pero por alguna razón yo no sentía tal frio.

De repente el camino fue interrumpido por dos puertas con barrotes de cristal, en medio de las dos puertas había un copo perfectamente diseñado. A los lados de las puertas estaba una barda de cristal que dividía el lugar en dos partes, me fije atraves me las puertas de cristal y observe que había un tipo de castillo mas adelante.

Empuje con precaución la puerta derecha y para mi sorpresa la puerta estaba abierta así que la abrí por completo y seguí caminando fijandome en cada uno de los detalles. Me dio la sensación de estar en casa.

El camino era mas estrecho y se notaba algo lejano. Los arboles estaban acomodados por fuera del camino de forma mas ordenada, uno tras otro tomando cierta distancia. También había postes de luz pero tenian velas dentro, estas se prendian conforme yo avanzaba.

Los rayos del amanecer ya estaban saliendo por detrás de mi, haciendo que la luz amarilla se colara entre los arboles iluminando el camino, de repente siento una fria brisa detrás de mi, seguido de una risa traviesa que ya conocía.

Me di la vuelta rápidamente y vi a un chico parado a unos metros de mi con un cayado sin embargo solo pude ver su silueta por que los rayos del sol solo me hacían posible observar eso.

Podía notar que el chico llevaba una sudadera, el cabello alborotado salvajemente y estaba descalzo.

Entrecerre mis ojos para fijarme en los detalles de su cara y justo cuando lo mire a la cara el chico me sonrio. Esa sonrisa. Esa silueta. Se parecía mucho a..."

—¡Jack!—Grite mientras salía del sueño.

Mire a mi alrededor, me había dormido en la guarida pero por lo visto todavía era madrugada ya que el sol no salía por completo, me levante y me apresure a llegar a mi casa.

Viejo comienzo. Nuevo proceso (Jack Frost Y Tu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora