Capítulo 16: Le Havre.

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Los tres líderes regresaron a la casa aproximadamente a las seis de la tarde de ese mismo día. Descansaron un poco y le explicaron a los demás su plan, antes de ir al banco.

—Jihoon, tu mantén tus ojos en mi —pidió el líder general—. Yo te daré una señal y tú les dirás a ellos que disparen.

—Entendido, ¿y la señal será...? —Seungcheol llevó su mano a la cabeza y sacudió su cabello con simulada frustración— Perfecto. Mañana iré a comprar las armas, sólo tenemos dos de larga distancia...

—¿Tienes aquí la licencia de manejo de armas? —preguntó Soon Young.

—No, de hecho, la dejé en Seúl porque me gustaría que, si alguna autoridad me atrapa con un arma en mano, me lleve a la cárcel, ¿nunca te has preguntado que se siente estar tras las rejas? Pues yo sí, y quiero averiguarlo —respondió el menor con naturalidad.

—Bueno, ya entendí, ya capté tu sarcasmo —dijo el de pequeños ojos frunciendo los labios.

Seungcheol río y dijo que era hora de irse por lo que los dos líderes restantes, Mingyu y Seokmin se levantaron del sofá para seguirlo.

Cuatro de ellos subieron a la camioneta del menor de los líderes, mientras que Soon Young tomó las llaves de la motocicleta de Hansol.

—No creo que sea buena idea... aún tienes la mano vendada, no puedes aferrarte bien al manubrio y podrías caer —Seokmin, al ver las intenciones del mayor, se quedó parado junto a la puerta abierta de la Range Rover.

—Oh, vamos —protestó el mayor.

—Tiene razón —dijo Jihoon abriendo la ventanilla—, es peligroso —afirmó—. Seokminnie, ve con él.

Una sonrisa divertida se formó en los labios de Jihoon mientras hablaba, Seokmin lo miró y asintió sin dudarlo. Soon Young rodó los ojos cuando oyó la puerta cerrarse y el motor del carro encenderse.

—Nos vemos allá —comentó Jihoon, retrocediendo.

—Amor, ¿qué intentas? —preguntó Seungcheol, conocía esa sonrisa.

—Shh, sólo les estoy haciendo un favor —rio mirando por el retrovisor y terminando de sacar la camioneta del garaje.

Soon Young se quedó mirando a Jihoon con el ceño fruncido.

—Santo Dios, no soy un niño, ¿por qué tiene que hacer esto? Con Seungcheol hace lo mismo... —resopló, tomando el casco.

—Porque parece que tanto tu como Seungcheol hyung no se preocupan por su seguridad cuando están heridos —respondió—. Hazte para atrás, yo conduciré...

Soon Young obedeció con un resoplido y se movió dejando el espacio suficiente para que Seokmin se sentara frente a él.

—¿Sabes conducir motocicletas? —preguntó el mayor de los dos. Seokmin se giró un poco y lo miró por sobre el hombro.

—¿Tienes por pasatiempo hacer preguntas obvias? —bromeó, ganándose un suave golpe en su espalda.

Ambos salieron del garaje y esperaron a que la puerta automática se cerrara para ponerse en marcha.

Cuando llegaron al banco, la pareja de líderes y Mingyu los esperaban apoyados en la camioneta hablando naturalmente, al verlos llegar se enderezaron listos para entrar.

—Entremos... ¿trajeron sus armas? —preguntó Seungcheol sacando los maletines del maletero y todos asintieron— Bien, ahora sí.

Los cinco agentes entraron al edificio y se dirigieron a las oficinas para mostrar la autorización y la llave para entrar a la bóveda que les habían enviado. El hombre a cargo corroboró que la llave sea real y finalmente se levantó para guiarlos hasta el lugar.

Los Reclutas: Contra Reloj (Seventeen) [Segunda temporada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora