Capítulo 19: Nuevo jefe.

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La noche llegó rápidamente, todos tenían sus maletas hechas y cargadas en las camionetas. Las luces de la casa comenzaban a ser apagadas, las habitaciones estaban ordenadas y todos se negaban a abandonar París.

—Bien, ¿está todo listo? —preguntó Seungcheol mirándolos. Todos afirmaron menos Seungkwan, que estaba tirado en el sofá abrazando un almohadón.

—No quiero irme —protestó.

—No seas infantil y levántate —respondió el líder general— Se nos hará tarde.

Seungkwan resopló y se levantó del sofá.

Jihoon terminó de cerrar las ventanas de la sala y todos fueron al garaje. Como siempre, Hansol y JeongHan fueron en sus motocicletas hasta el aeropuerto mientras que los demás se trasladaban en camionetas.

El viaje hasta el aeropuerto se les hizo más corto que el viaje a la casa durante el primer día y, a diferencia de lo que hacían en Corea, tuvieron que pasar por los escáneres de seguridad del aeropuerto y luego de despachar sus maletas los dirigieron a las pistas donde el avión privado de la Organización los esperaba listo para despegar.

Buenas noches —saludó Seungcheol a una de las tripulantes que los esperaban sobre el avión.

—Wow, esto es mejor de lo que imaginaba —dijo Wonwoo al entrar a la aeronave.

—Y espera a sentarte... tiene masajeador —dijo Hansol dando saltitos, emocionado.

Wonwoo rio levemente y se sentó junto a los demás. Después de ponerse los cinturones y de que el piloto recibiera la autorización para despegar, comenzaron viaje. Debido a que habían estado moviéndose todo el día sin descanso, los doce agentes se quedaron dormidos un buen rato.

—¿Que hora será en Corea cuando lleguemos? —preguntó Junhui a Soon Young, quienes se habían despertado una hora después.

—Entre Corea y París hay siete horas de diferencia... —dijo pensativo— Y son once horas de vuelo; si salimos a las doce de la noche de París, llegaremos cuando sean las once de la mañana horario Parisino. Por lo que en Corea serían siete horas más; las seis de la tarde —comentó rascando su barbilla—. No soy muy bueno problemas matemáticos.

[...]

Efectivamente, cuando el avión aterrizó en el viejo aeropuerto que la Organización utilizaba, eran las seis de la tarde. La reunión de Seungcheol con el presidente sería en una hora, por lo que se había cambiado durante el vuelo para bajar del avión e ir directo a la Casa Azul.

—Mucha suerte, ve con cuidado —dijo Jihoon parándose de puntitas para besar a su pareja.

Los demás agentes se despidieron de su líder y esperaron que la camioneta se vaya para comenzar a subir a los dos restantes. Debido a que Seungcheol se había llevado su Land Rover y todos no entraban en las otras dos camionetas, Mingyu, Wonwoo y Hansol tuvieron que tomar un taxi hasta la casa.

—Esto es tan triste —dijo Hansol, cuando el taxi paró y comenzaron a subir sus maletas.

Sip —asintieron los otros.

Si Seungcheol decía que no estaba nervioso, claramente mentiría. No era la primera vez que se presentaría frente al presidente, pero si era la primera vez que lo hacía el sólo y por un caso completamente diferente a los anteriores.

Media hora más tarde, el azabache estaba sentado en una sala esperando por la máxima autoridad. La habitación estaba completa y totalmente silenciosa, casi y podía oír su propio corazón latir a toda velocidad; cuando la secretaria del presidente entró al lugar a indicarle que le hombre llegaría en cinco minutos, Seungcheol asintió y se paró para caminar nerviosamente de un lado a otro.

Los Reclutas: Contra Reloj (Seventeen) [Segunda temporada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora