Capitulo 28. ¡Ayudame!

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Y ahí, en una esquina vi a Marinette forcejeando con un hombre desconocido, él muy bastardo la estaba tocando salí furioso en esa dirección y..................

POV. MARINETTE.

Adrien me había pedido que no me quería ver, se notaba lo molesto que estaba después...................Siempre con el ceño fruncido.

No entiendo la razón, me pongo a pensar y no se la razón por la cual se enoja, en primer lugar fue él quien me beso y se enoja conmigo ahora simplemente no quiere verme.

Bien, eso haría... ya que supuestamente es culpa mía todo esto, alejarme de él tal vez sería lo mejor.

Estaba cansada mi despertador empezó a sonar, no quería levantarme pero recordé las palabras que me dijo " no quiero verte.." suspire cansada y me aliste para ir a la universidad, salí de mi habitación con mucho cuidado era el tercer día que "evitaba" a Adrien para no molestarlo.

Hacía todo esto todas las mañanas desde que escuche esas palabras dolorosas " no quiero verte" como si yo fuera un estorbo está bien, si tal vez aparecí en su vida como uno, pero tampoco fue una decisión mía. Dejémoslo como que él destino lo hizo y no nos echemos la culpa.

Preparé el desayuno para él, recogí mis cosas y salí de casa muy temprano. Si él no quería verme, pues no me vería y ya.

Llegue a la universidad, en el ámbito social yo podía ser considerada desapercibida antes pero ahora.. no. Ya que todo era "a miren la esposa de Adrien " y yo simplemente hacía los oídos sordos a pesar de haber pasado seis meses, aún me veían no como Marinette Dupain-Cheng, sino como esposa del gran Adrien Agreste el ex-soltero más codiciado y multimillonario.

Salí de clases y camine sin un rumbo, no me sentía cómoda en esa casa después de lo que me dijo tenía miedo de verlo y que me ataque por una estupidez, si era una estupidez eso que yo lo engañaba, él me ve con otro y yo lo engaño.

-auchhh....!!!- dije al chocarme con alguien y caí al suelo me sobe el brazo.

- Lo lamento señorita..- dijo una voz conocida, alce la vista y me encontré con... Nathaniel Si, ¿así se llamaba verdad?

-tú..- me dijo con una sonrisa que derrite a cualquiera y cuando digo a cualquiera me refiero a mí también.

-señor ... Nathaniel..- dije en un susurro parpadeando varias veces.

- permíteme... - dijo envolviéndome en un abrazo acogedor y algo muy... pero muy incomodo. Abrí los ojos.

-Gra...gracias..- esa palabra salía desgarradora de mi garganta.

- Aprovechando nuestro encuentro.. ¿Qué tal si te invito algo?.- dijo mirándome fijamente por alguna razón me sentía cómoda con él.

-yo... no sé, si deba... - dije claramente tratando de rechazarlo.

-por favor...!! - dijo muy convincente que no tuve otra que aceptar.

-está bien ..- dije caminando a lado suyo.

Caminamos en silencio, llegamos a un lugar cómodo donde vendían café, todas las adolescentes que ya habían salido de sus colegios miraban a Nathaniel con la saliva casi cayendo por los suelos y a mí con.. Desprecio. Reconocía esas miradas, me paso lo mismo con Adrien la diferencia es que Nathaniel no se da cuenta y si se da cuenta o sólo centra su atención en mí.

Pedimos dos capuchinos calientes.

Recuerdo aquella vez en el avión cuando Adrien les devolvía las miradas a todas las chicas que lo coqueteaban, recuerdo lo estúpida que me sentí.

Miraculous. Forzados a Casarnos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora