Capitulo 31. Visita Inesperada.

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POV. MARINETTE.

Él empezó a acercarse, mi corazón latía fuerte muy pero muy fuerte , yo cerré los ojos y me dio un beso en la frente.

Lo mire, me agache y sonreí, lo ví de reojo y él sonreía también.

....Creo que me gusta.....

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Estaba sentada sola en la pequeña sala mirando Televisión y comiendo algo de fruta eran como las diez de la noche y era la última noche de mis vacaciones, así que trataba de disfrutar hasta el último minuto; antes de volver a la universidad y a la rutina.

Tenía pensado quedarme unos minutos e irme a dormir.

Estaba sentada pero los ojos se me hicieron pesados, sentí mi cuerpo desvanecer y empecé a "cabecear.." literalmente.

Cuando escuche la puerta abrirse, di un respingo y ahí estaba él.

El verdugo de mis sueños.
Así es señoras y señores les presento a la persona que no me deja dormir desde aquel día que estuvimos solos en el baño y el decidió burlarse, si lo sé, debería odiarlo pero en vez de eso, me siento nerviosa ante su presencia y me odio por eso.

O acaso yo estaba alucinando y es una imaginación mía o estoy soñando, si eso debe ser, pero se ve tan real.

Parpadeé varias veces.

Me levante apresurada, cuando lo vi acercarse hacía mí, reaccionando que él era el verdadero Adrien y no mí alucinación. Trague hondo, mi voz no salía pero por alguna razón su presencia me afectaba.

-¿qué haces despierta..?- dijo con algo de cansancio. Es más su aspecto lo dice todo. Lo cansado que está y al parecer sus ojeras hacen notar que no ha dormido en días.

-ya... me iba a dormir..- dije yo con la mirada agachada, como si hubiera sido regañada por mí padre.

El camino por mi lado y subió las escaleras sin decir nada más

Y yo lo seguí como la buena esposa que soy.

-¿tienes hambre..? - dije con un nudo en la garganta que se me había acumulado al verlo con ese aspecto, tenía ojeras y estaba muy cansado por alguna razón su bienestar me afectaba.

-no, estoy bien así...- respondió frió y yo lo seguía detrás de él hasta llegar a su habitación.

Lo vi dejar sus cosas de su maletín de trabajo, ¿acaso iba a trabajar? empezó a sacarse los zapatos y me di cuenta que iba a cambiarse. Pero no me moví de ahí; no hasta intentar ayudarlo.

Pero se me subieron los colores a la cara cuando empezó a sacarse los pantalones y abrí los ojos de par en par y me di la vuelta por inercia.

Lo oí cambiarse en silencio.

-se nota que me extrañaste... - dijo a mis espaladas - mira que quedarte en mi habitación, mientras me cambio... - dijo con un tono de gracia, sarcasmo y tal vez algo agotador.

-¿trabajarás en casa? - pregunté. Quería ayudarlo.

-algún problema con eso..- dijo serio

-no, pero son ya las diez de la noche... deberías descan....- no me dejo terminar.

- sé qué hora es Marinette- dijo con su voz seca.

-no... es que yo sólo pensé que podía ayu... ayudarte..- dije eso en un susurro.

Cuando me di cuenta, él ya estaba cambiado con su ropa de casa y empezaba aprender su computadora, yo sólo lo miraba esperando respuesta.

Miraculous. Forzados a Casarnos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora