Capitulo 4

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Llegué una hora antes de la apertura del antro, así que me puse el uniforme y me arreglé el pelo.
Salí del baño con cuidado de que mi jefe no se diera cuenta de que había llegado.
Me metí en la zona de camareros en la barra y ordené todo lo que hacía falta.. Esa noche era una de las que más gente venía.. Los Sábados eran horribles..
Suspiré y comencé con mis tareas..
Pasada una hora abrimos el antro y empezó a entrar toda esa gente deseosa de pasar un rato bebiendo, diciendo tonterías cuando estuviesen pasados de copas y comentar la verdadera porquería que era su vida.
A veces eso era lo único que me levantaba el ánimo, escuchar historias de vidas aún peores que la mía.
-¡Eh, Camarerita! Lo de siempre..
Chris.. Suspiré y me rey. Me giré hacia él con toda la chulería del mundo y le dije:
-Disculpe, no servimos copas a chavos bajitos y rubios..
Me aguanté la risa y dejé en la barra el whisky que me había pedido un chavo antes que Chris. Era rubio y bajito. En ese momento me reí y Chris también lo hizo.
-Ahora mismo te lo pongo, Chris.
Le preparé lo de siempre, vamos, un tequila doble. A Chris le gustaba empezar fuerte..
Se lo dejé encima de la barra al lado de donde él estaba sentado.
Le guiñé el ojo y me dirigí hacia una mano al fondo de la barra que estaba levantada, supongo que llamando a un camarero.
Iba mirando mi block para apuntar lo que iba a tomar, ni me fijé en quién era..
Cuando llegué hasta su altura me dijo:
-Un tequila doble, por favor.
-Enseguida se lo traigo.
Me giré y me puse a preparar la bebida que me había pedido.
Cuando la tuve terminada se la dejé sobre la barra y me fui de nuevo a terminar la conversación con Chris.

"¡Wow!. ¡Qué pelirroja! Y tú mandando un sms a Poncho.." Es lo único que pude pensar.
¡Dios mío! Era.. Era simplemente increíble. Justo lo que estaba buscando. Esta chava fue como caída del cielo.
Le di un trago largo a mi tequila y la llamé de nuevo.

Volví a donde estaba Chris. No intercambié ni dos palabras con él cuando vi otra vez la misma mano levantada. Me disculpé con Chris y me dirigí de nuevo hacia él.
Cuando estaba a tan solo dos pasos de donde él estaba sentado me quedé parada, como si se me hubiesen quedado los pies pegados al suelo.
"¡Dios mío, Dul!. ¿Desde cuando perdiste la vista?" Es lo único que pude pensar. Ese hombre.. Wow.. Era demasiado hombre.
Alto, atractivo, unos ojos color café que podían dejar sin aliento a cualquiera.. En fin, lo tenia todo. Incluso hasta novia, supuse. Desde ese mismo momento decidí actuar como una profesional.. de la hostelería, claro.
-¿Pasa algo?
-Sí.. Que no me había dado cuenta de que la camarera estaba tan.. guapa.. Así que he tenido que acabármelo pronto.
Me levanto el vaso de tequila a la altura de mis ojos, mostrándomelo vacío.
Iba a seguir hablando, pero tuve reflejos y le cogí el vaso. Lo deje en otro lado, saqué otro y le prepare otro tequila.
Se lo puse enfrente de la barra y con un simple "Aquí tiene" Volví a donde estaba hablando con Chris.

Creo que pasaron dos horas desde la última vez que hablé con aquella pelirroja. Luego me dediqué a observar como trabajaba.
Vale, de acuerdo. Seré sincero. Me fijaba en su trasero, en sus curvas, en como contorneaba todo su cuerpo mientras se movía por la zona de los camareros dentro de la barra.
En ese momento recordé algo. ¿Y Poncho?. Había quedado con él hacía una hora y media y ni rastro de él. Supuse que estaría trabajando. Él si se toma en serio su trabajo, yo hay veces que simplemente paso..
Me acabé el tequila que tenía a mitad y busqué a la pelirroja con la mirada. Le dediqué una sonrisa, cogí mi abrigo y me fui.
Tenía muy claro que esa no sería la última vez que la vería.

Mundos desigualesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora