Mundos desiguales

Capitulo 11

El viaje había sido relativamente tranquilo. No habían hablado, excepto en contadas ocasiones que exigía el hacerlo.
Christopher se había dedicado a trabajar con el portátil, mientras que Dulce leía un libro, aunque no muy metida dentro del argumento.

Cuando llegaron al hotel, Christopher cogió las llaves de las dos habitaciones que había reservado, entregándole la suya a Dulce.
Él rápidamente subió a su habitación, ya que tenía que cambiarse para la primera reunión que tenía.

Dulce, mientras tanto, se quedó exactamente haciendo lo que Christopher le había dicho.
Relajarse y disfrutar.

Aunque pronto se le acabaría el poder hacerlo. Lo que no sabía, en realidad, era que ella tendría también que asistir a algunas de aquellas reuniones, o al menos a las que le concernieran a ella personalmente.

Dulce estaba tumbada en la cama de su habitación ojeando una revista. Llevaba puestos unos pantalones cortos de color azul cielo y una camiseta de tirantes a juego con el pantalón.
Para las fechas del año en que se encontraban hacia bastante calor.
De repente oyó una voz que provenía de dentro de la habitación.
-¿Cómo has entrado?
-Bueno, he llamado unas cinco veces.. y al no obtener respuesta he pensando que te había pasado algo –dijo Christopher mirándola-. He usado mi llave.
-¿Tienes una llave de mi habitación?
-Si y no..
-Explícate.
-La he tenido que pedir abajo. En serio, no me contestabas. Estaba preocupado.
-Ya, bueno.. Pues podrías haber esperado a que abriera. Puede que quizá estuviese en el baño, o...
-Pero no lo estabas y había llamado cinco veces.
Dulce dio un largo suspiro.
-Ok, ¿sabes?. Mejor dejémoslo. ¿Querías algo?

Hasta ese momento no se había percatado de cómo iba vestida. Como si de un fogonazo se tratara, la temperatura de su cuerpo comenzó a subir.. y ya se le estaba haciendo incómodo el bulto que empezaba a alojarse en sus pantalones.
La verdad es que de tan sólo imaginar sus cuerpos sudorosos, envueltos en llamas de pasión, ella pidiéndole más, que la tocara.. que la acariciara.. que le hiciera el amor una y otra vez.

Sin saber cómo se fue acercando hasta su cama, hasta que quedó de pie junto a ella.

-A ti..

¿Qué co*ño había dicho!? Dios.. se estaba volviendo loco. Pero es que Dulce le hacia perder el control. Desde el mismo instante en que la conoció, detrás de la barra del bar.. todo de ella le encantaba, y eso.. no era bueno. ¿O quizá si?