Epilogo

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-¿Christopher?

-El mismo.

Dulce se quedó realmente sorprendida al ver que el hombre que estaba apoyado en el marco de la puerta de la entrada a su departamento era Christopher.

Casi no podía hablar, no sabía que decir.. ni qué pensar.
¿Qué hacía allí?

Llevaba un mes sin hablarla, sin acercarse..

¿Tanto se arrepentía de haberse acostado con ella?

-¿Puedo pasar?

-Sí, claro..

Dulce se hizo a un lado para que él pudiera pasar. Cuando lo hizo, cerró la puerta tras de sí y se giró para mirarla.

-Te deberás de estar preguntando qué hago aquí, ¿no?

Dulce asintió, mientras le miraba a los ojos.

-Bien, te lo explicaré.

Se acercó a ella y la cogió de las manos. No sabía ni por donde empezar, ni cómo decirle todo aquello que sentía.


Era la primera vez que le costaba tanto dirigirse a una mujer.

-Verás, Dulce. Me he comportado como un completo beep durante este mes –suspiró-. Me he dedicado a ignorarte mientras que tú lo único que intentabas era acercarte a mi. Lo que pasó..

-No tuvo que haber pasado.. –dijo mirándole, haciendo un gran esfuerzo por no romper a llorar ahí mismo- Te entiendo. Entiendo que quisieras alejarte.

-¡No! No, espera Dulce.. –le acarició suavemente el dorso de las manos con los pulgares- deja que termine.

Ambos se miraron. Christopher continuó.

-Te amo, creo que desde el momento en que pasaste de mi en el bar donde trabajabas.. pero realmente no me di cuenta hasta hoy.

Christopher sonrió, y le secó con un sus labios una lágrima que descendía por la mejilla de Dulce.

-Pensaba que nunca me enamoraría, que no estaba enamorado.. –la miró con ternura- pero cuantas más veces me decía eso, más me enamoraba de ti. Te amo Dul.

-Yo.. yo también te amo Chris.. te amo y pensé que..

-Shh.. –puso suavemente un dedo sobre sus labios- No digas nada, a partir de ahora procuraremos vivir lo que nos queda, juntos.

Y sin más se acercó a ella, tomándola de la cintura y estrechándola contra su pecho, mientras la besaba intentando borrar cualquier rastro de dolor que aún le quedara.

Y se prometió a si mismo que se encargaría de hacerla feliz durante el resto de su vida.

************

-Por fin se han dormido.

Dulce entró al salón donde se encontraba su marido, Christopher.. el padre de sus dos pequeños hijos. Esos diablillos que sin duda, habían sacado la belleza de su padre, pero para su pesar, el carácter activo de ella.

Sonrió al recordar cuantas "discusiones" tenían ella y Chris a causa del carácter de sus hijos.

Dulce fue hacia él y se sentó en sus piernas, pasando uno de sus brazos alrededor se su cuello y escondiendo su cara en su cuello.

-Te amo

-Yo también, mi vida. Por siempre.

¿Los finales felices historias sin acabar?

No.

Y a la suya aún le quedaba mucho tiempo para acabar.

-FIN-

Mundos desigualesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora