Capitulo Cuatro.

5.7K 297 4
                                    

Capitulo Cuatro.
—Negocios —repitió ella.

Jack  se irguió y sus ojos se iluminaron, como si hubiese advertido su vacilación.

—Te daré lo que quieras —le dijo.

¿Sería contagiosa la locura?, se preguntó _____, que estaba empezando a considerar seriamente aceptar su proposición de matrimonio. Al menos aquel hombre estaba dándole la posibilidad de decidir y poner sus condiciones. Además, tendría la excusa perfecta para negarse al matrimonio concertado que había organizado su padre, y, por otro lado, ¿qué podía perder? Jack era guapo, rico, y… de acuerdo, estaba loco, pero al menos no era un caso perdido como el de Willie.

—¿No tendrá perro, verdad? —inquirió.

—¿Eh? —Dijo él frunciendo el entrecejo—. No.

—Estupendo —respondió ella con un suspiro de alivio—; eso está bien.

—Si tú lo dices… —murmuró él, mirándola preocupado, como si pensara que era ella la que no estaba muy cuerda.

—Aceptaré… pero con una serie de condiciones.

Jack asintió.

—Te escucho.

Oh, Dios. _______no podía creerse que de verdad fuese a hacer aquello. Sentía un cosquilleo de nervios en el estómago, y las palmas de las manos se le habían puesto sudorosas, pero se obligó a hablar antes de que el sentido común la hiciera vacilar de nuevo.

—Nuestro matrimonio tendrá que durar por lo menos un año.

—¿Un año? —repitió él.

—Sí.

De ese modo tendría tiempo para encontrar una mujer para Willie. En aquel momento le parecía una tarea imposible, pero siempre había creído en aquello de que cada persona tiene en el mundo a su media naranja, así que encontraría la de Willie le costara lo que le costase.

Jack parecía estar pensándolo, pero finalmente asintió.

—De acuerdo.

Bueno, la primera ronda no había sido difícil de ganar, se dijo _____.

—Y nadie deberá enterarse de que soy sólo una «novia de reemplazo» —añadió caminando arriba y abajo, sintiéndose nerviosa y excitada a la vez—. Me da igual la explicación que le dé a la gente: puede decirles que tuvo un flechazo, que fue amor a primera vista… lo que sea —se detuvo y se volvió para mirarlo muy seria—; cualquier cosa menos dejar que su familia y sus amigos piensen que he sido su último recurso.

—¿Amor a primera vista? —murmuró él con una sonrisa divertida.

—¿Qué? Puede ocurrir, ¿no?

—Si tú lo dices… —respondió él. Se cruzó de brazos, ladeó la cabeza, y le preguntó—: ¿Eso es todo? ¿No hay más condiciones?

—Sólo una más —dijo _____.

Si iba a casarse, tendrían que hacer las cosas bien. No quería que la gente murmurara a sus espaldas, ni que sintieran lástima de ella, ni quería tener que avergonzarse porque su marido tuviese alguna «amante».

Sociedad de Escándalo. (Jack Harries.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora