Capitulo Veintitrés.

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Capitulo Veintitrés.

Inclinó la cabeza y lo besó de un modo muy sensual, tirando de su labio inferior con los dientes.

Un gruñido escapó de la garganta de Jack, que la hizo rodar con él para colocarse encima.

En cuestión de segundos la tenía desnuda y revolviéndose excitada debajo de él. Sus manos y su boca recorrieron todo su cuerpo, haciendo saltar chispas entre ellos.

____ se retorcía sobre las sábanas llena de deseo. Nunca llegaría a saciarse de él, pensó. Cada vez, que lo hacían su deseo crecía y crecía. ¿Seria aquello amor?, se preguntó, ¿podría ser amor esa ansia acuciante de estar con él, de fundirse en uno con él?

Y, si así era, ¿cómo podría sobrevivir sin él cuando hubiese acabado el año? Sus pensamientos se detuvieron cuando Jack se apartó un momento de ella para deshacerse del resto de su ropa. _____ lo observó a la luz del fuego mientras se desnudaba, y sintió que se excitaba aún más.

Jack volvió a colocarse a horcajadas sobre ella, y empezó a besarla de nuevo. El roce de su piel con la de él era algo mágico, y cuando Jack comenzó a acariciarla otra vez, se arqueó hacia él pidiéndole en un ruego mudo que no parara.

—Esto es una locura… —murmuró él contra su garganta al tiempo que se posicionaba entre sus piernas—. Tu aroma está siempre conmigo, vaya donde vaya; oigo tus suspiros en mis sueños; tu rostro está en mi mente todo el tiempo; y escucho tu voz en mis oídos aunque no estés a mi lado.

_____sonrió, atesorando esas palabras, abrazándose a ellas como estaba abrazada a él, guardándolas para cuando llegase el momento en que tuviesen que separarse, para cuando se quedase sola de nuevo y tuviese que recordarse que el amor no había entrado en el trato.

—Tómame, Jack… —le susurró—. Hazme tuya… —le rogó arqueándose hacia él, levantando las caderas.

Jack entrelazó sus dedos con los de ella y empujó sus brazos hacia arriba, contra el colchón, para que quedaran a ambos lados de su cabeza. Luego, inclinándose para besarla, se impulsó dentro de ella.

Sus lenguas iniciaron una danza frenética al tiempo que sus cuerpos se movían a un ritmo que iba increscendo, y cuando los primeros temblores sacudieron su cuerpo, ____ oyó a Jack susurrar su nombre antes de dar el salto al vacío con ella.

Luego, un rato después, cuando yacía junto a él en la oscuridad rota sólo por la tenue luz de los rescoldos del fuego, lo observó pensativa mientras dormía, preguntándose cómo podría seguir viviendo cuando tuviesen que separarse.

 

—Ya se han enviado por mensajería los nuevos contratos.

David se quedó parado frente a la mesa de Jack, esperando una respuesta.

—Bien. Házmelo saber cuando hayan llegado a su destino.

—Vaya, refrena tu entusiasmo, por favor —mascullo David—. Tanto entusiasmo es malo para la presión arterial.

Jack suspiró y se recostó en su sillón. Esbozo una sonrisa forzada, y le preguntó:

—¿Mejor así?

—Dios, no.

—Pues es lo máximo que puedo hacer en este momento.

Sociedad de Escándalo. (Jack Harries.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora