Leonardo quedó de verse con Mariana en una tienda de materiales para la casa, arrastraba el carrito entre los pasillos mientras la esperaba, su mente no hacía más que pensar en Ally como en otras tantas ocasiones, pensó en comprarle un regalo a manera de disculpa, pero, ¿qué le podría gustar?
—Tal vez azulejo nuevo—se dijo a manera de broma.
Siguió pensando hasta que recibió una llamada de parte de Mariana, ya estaba en el estacionamiento, él le avisó que la vería junto al estante del impermeabilizante.
Diez minutos después, Mariana apareció, traía ropa formal, un pantalón de vestir y una blusa negra de botones.
—Perdón por el retraso, ya sabes cómo es esto—dijo.
—Algo.
Dieron una vuelta por la tienda, primero comenzaron hablando de algunos de los diseños que Leonardo le envió para que ella escogiera su favorito, sin embargo, él no se esperó lo que pasó, ella sacó de su bolsa una revista y le enseñó un diseño que le encantó.
—¿Crees que podría ser algo como esto?
Leonardo le echó un vistazo a la fotografía, ¿tanto trabajo para que al final ella escogiera otra cosa?
En el fondo le molestó, pero lo dejó pasar.
—Sí, veré que puedo hacer.
Estuvieron paseándose por ahí hablando de la construcción, pero eso sólo dio pie a otras conversaciones, Mariana se la pasó narrando lo pesados que eran sus días, atendiendo pacientes, estando en cirugías y partos, soportando su vida en el hospital, parecía que no tomaba tiempo ni para respirar; por su lado, Leonardo solo divagaba, pensando en cual podría ser el regalo ideal para Ally.
—¿Qué opinas de este?
—Ah... Sí, ¿qué?
Leonardo regresó a la realidad, Mariana le preguntó acerca de cuál cemento sería el ideal para la construcción, sólo que se dio cuenta de que su amigo no estaba en este mundo.
—Sí, esta marca funciona, la usamos mucho en la empresa.
—¿Te pasa algo?
Mariana conocía muy bien a Leonardo para saber que su distracción no era natural.
—Sólo estaba pensando en lo de mi traslado a España.
—¿Ya te lo confirmaron?
—No, pero, mi jefe cada vez me dice que está muy cerca.
—Te encantará España. Es increíble—le prometió Mariana.
Y durante la próxima media hora Mariana no dejó de relatar lo que fue su vida en aquel país Europeo, los viajes y anécdotas que formó, los lugares y el encanto, también lo mucho que aprendió y hasta se le escapó hablar de un pequeño romance que tuvo con un médico de aquel país.
—Fue fantástico—indicó.
—¿Y por qué no te quedaste allá?
Mariana suspiró con algo de añoranza, estaban en la fila de la caja para pagar.
—Te diré algo, pero promete que no le dirás a nadie.
Eso sí era nuevo, Mariana, la chica buena, la que nunca había cometido ningún error y era perfecta en muchos aspecto pidiendo confidencialidad en un asunto personal.
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MI PRINCESA FAVORITA
RomantikLeonardo vive su vida como un exitoso arquitecto y no cree en el amor, sin embargo, sus ideas cambian cuando conoce a Alicia, una increible chica que le enseñará que la vida es más de lo que él cree y que debe seguir sus sueños y luchar por ellos si...